A trabajar como chinito
Después del encontronazo entre Enrique Alfaro y Aristóteles Sandoval, al que le tocó bailar con la más fea es a Roberto “El Chino” López, operador del “aparato de inteligencia” para resolver problemas de política interior en el Estado.
Desde el rincón de esta H. Fuente nos preguntábamos en dónde andaba el secretario en este arranque de año: ¿destrabando la toma de protesta del fiscal anticorrupción? ¿Ajustando la estrategia de seguridad? ¿Definiendo si va por una diputación o a su casita?
El “incidente” entre su jefe y Alfaro lo puso a trabajar y “El Chino” tuvo que adelantar para hoy las mesas de trabajo que deben garantizar la seguridad de los candidatos en las elecciones.
Seguro van a firmar oootro pacto de civilidad, como en la pasada contienda, que nadie va a respetar y que a todos se les va a olvidar. Huele a tiempos de guerra sucia.
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El otro Alfaro de Tlaquepaque
El aspirante independiente a la alcaldía de Tlaquepaque, Alberto Alfaro García, anda muy confiado en los positivos que arrastra para dar la batalla a Fredy Barba y a la coaligada María Elena Limón.
Y lo reconoce sin empacho: uno de sus activos es su apellido y el color de su logo naranjita. No tiene ningún parentesco con Enrique Alfaro, pero dice que ser Alfaro y ser naranja está de moda.
Además, acepta que cuenta con el apoyo masivo de más de 500 líderes en distintas colonias.
Esos ingredientes, más un trabajo de 29 meses recorriendo distintas zonas del municipio, lo tienen muy echado para adelante y contento para dar el campanazo. ¿Será?
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Por sus pistolas
Gabriel Valencia, hermano del “diputado incómodo”, se reunió con actores de la sociedad civil que le pidieron desistirse del amparo contra la toma de protesta del fiscal anticorrupción.
Si Ismael Del Toro no pudo con él, ¿iba a lograr algo la sociedad civil?
El abogado se puso sus moños y dejó abierta la posibilidad de seguir con su batalla jurídica.
Hoy se realiza la audiencia para que el juez decida si Valencia obtiene la suspensión definitiva o desecha el recurso. Ojalá los tribunales lo pongan en su lugar. El interés público está por encima de sus intereses particulares. ¡Salud!