A los empresarios ‘se les atoro’ el chipilín
La noche del miércoles en el salón Guillermo Prieto de Palacio Nacional hubo cena de gala. El anfitrión -López Obrador- dispuso que se ofreciera una suculenta cena con café, chocolate, pan y tamales de chipilín (planta de sabor intenso originaria de Centroamérica, que se elabora con masa colada, mezcla de hojas de la misma planta, caldo, manteca de cerdo y envueltos en hoja de plátano, acompañado con salsa de jitomate y espolvoreada con queso/crema tropical). Los invitados fueron empresarios de la cúpula privada, quienes dijeron textualmente que
también se les ofreció atole. Por supuesto, en el mismo escenario donde se ofrece la mañanera, no podía faltar lo que se da todos los días: ‘atole con el dedo’.
El motivo de la cena era ‘informar’ sobre el sorteo del 15 de septiembre, en apoyo al financiamiento de obras de infraestructura en Sinaloa. Por ese motivo, desde la sede de la Lotería Nacional en Paseo de la Reforma #1, se llevó una de las tómbolas de los sorteos y se colocó en el escenario del salón de Palacio, aparentemente como decoración simbólica al tema del evento. Pero no, el motivo era otro. Según trascendió, el objetivo de la esfera metálica, era para que los empresarios ahí reunidos depositaran ‘de manera voluntaria’ su compromiso de apoyar la causa.
En cada lugar de los 200 empresarios invitados -previamente asignados- se le dejó una Carta Compromiso para que ‘participen’ en la rifa de ocho macrolotes en Playa Espíritu, municipio de Escuinapa en Sinaloa. Y su ‘voluntario compromiso’ en el sorteo, es para que compren boletos por 20, 25, 50 o más de 50 MILLONES DE PESOS. ! Tómala...asalto en despoblado!. A todos ‘se les atoró’ el tamal de chipilín.
Y por supuesto, quienes ‘voluntariamente’ firmaron la carta compromiso la depositaron en la tómbola de la Lotería Nacional. La carta compromiso que el miércoles se le entregó a los empresarios, es la misma -actualizada en fecha y motivo- que se les dio cuando se rifó (?) el avión presidencial. Como quien dice, a los empresarios el presidente ya los agarró como ‘clientes’ para la asistencia pública.
La cena de ‘aportaciones voluntarias’ de los empresarios, coincide con el nuevo proyecto de gobierno, como lo anunció el martes pasado, señalando que “ya vamos a pasar de la austeridad republicana a una fase superior, que es la de la pobreza franciscana”. Una austeridad que ayer planteó ante todos los miembros de su gabinete para ‘apretarse el cinturón’, pero donde los empresarios tendrán que acostumbrarse a desprenderse de parte de su capital para ‘aportar voluntariamente’ y cubrir los huecos presupuestarios del gobierno.
Estas ‘peticiones’ monetarias a la iniciativa privada seguramente seguirán calando hondo en la percepción empresarial y eso seguramente agregará adeptos a la corriente del sector privado que une fuerzas con la oposición oficial para buscar una mejor opción para la elección del 2024.
¿Usted, qué opina?.
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net