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A Washington no le gustan los “abrazos…”

En el informe presidencial del 1 de septiembre de 2020 -ya con 21 meses en el poder- cuando Andrés Manuel López Obrador hizo referencia a la violencia que se vivía en esos momentos en México dijo que “el crimen es un asunto moral al que fomenta la pobreza”. Y fue todo, no habló de soluciones, dejando la sensación -como hoy se confirma- que no tenía un plan concreto.

El 2 de marzo de 2021, al Congreso de los Estados Unidos llegó el Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Estupefacientes (INCSR), elaborado por el Departamento de Estado, donde se señala a México como uno de los países en crisis por el tráfico de drogas y la violencia que no es controlada por el gobierno.

A mediados de julio de ese mismo año, López Obrador, agobiado por las críticas sobre la inacción visible a la violencia, habla de su estrategia de “abrazos y no balazos”, que le valieron una lluvia de críticas de todos los sectores de la población. Y fue el 24 de septiembre -dos meses después- cuando salió en defensa de su ‘histórica’ frase durante un evento del programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’ en la alcaldía de Xochimilco, en la Ciudad de México, donde defendió ‘su táctica’ señalando, “me dicen que que esta mal que yo hable de abrazos y no balazos. Yo digo que voy a seguir sosteniendo lo mismo…”.

Bueno, pues esta semana continúan llegando los mensajes críticos y de advertencia desde Washington. Un reporte de 43 páginas de la oficina de investigaciones del Congreso de Estados Unidos, que lleva como título ‘México: Crimen Organizado y Organizaciones del Tráfico de Drogas” juzga de manera bastante severa la estrategia de combate a los cárteles de la droga por parte de la administración de López Obrador. Dice el reporte que la forma como se aborda el problema “solo permite que los grupos criminales prosperen”, añadiendo que “el presidente mexicano Andres Manuel López Obrador, elegido en 2018, ha abogado por políticas que se centran en las causas de raíz del crimen, pero su gobierno no ha llevado a cabo operaciones antinarcóticos de manera consistente…podría decirse que ha logrado pocos de sus objetivos contra la corrupción y la justicia penal”. Esto por supuesto profundiza la separación que hay entre los países en la lucha contra el narcotráfico y la violencia.

La preocupación de los vecinos del norte es mucha sobre lo que sucede en México. No fue obra de la casualidad, ni visita de cortesía, la que el 29 de mayo del año pasado hicieron a México los directores de la CIA, la DEA y de Seguridad Nacional, como las ya tres visitas del enviado especial del presidente Joe Biden, John Kerry, supuestamente para sostener conversaciones sobre el ‘cambio climático’ y los muy cotidianas ‘encerronas’ en Palacio Nacional con el embajador Ken Salazar.

Y precisamente el representante diplomático estadounidense entrevistado esta semana por una cadena radial, al preguntarle sobre la violencia en nuestro país y la estrategia de ‘abrazos y no balazos’, fue muy enfático al señalar que “no debe haber impunidad. Se debe de meter a la cárcel a la gente que viole la ley”. Tiene toda la razón, pero el presidente de México tiene otra logística, tiene otro plan, tiene otra idea, y como diría él, tiene “otros datos”. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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