A AMLO se le fue el avión
El tema de la aviación comercial provoca turbulencia en Estados Unidos y México. Nuestros vecinos prevén -hasta cierto punto alarmados- que a partir de mañana y hasta el lunes -con motivo del feriado del Memorial Day- aumente la demanda de viajeros a niveles como hasta antes de la pandemia, mientras que nosotros nos enfrentamos a la vergonzosa degradación -Categoría 2- por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) que determinó que el gobierno mexicano incumple con los protocolos de seguridad que están establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Después de casi año y medio de crisis en la aviación internacional, donde dos tercios de los aviones comerciales se quedaron sin operar, con números negativos que se estiman en miles de millones de dólares y la pérdidas de empleos -directos e indirectos- que superan los 200 millones por el cierre generalizado de las fronteras aéreas, el flujo de pasajeros y vuelos que se pronostica en territorio estadounidense este fin de semana producen cautela entre las autoridades de aeronáutica -por el súbito aumento de tráfico- y de salud -por los riesgos que se corren por las aglomeraciones en los aeropuertos-.
El regreso a la actividad -casi a la normalidad- de la industria aeronáutica son buenas noticias desde el punto de vista económico, porque conlleva a la recuperación de millones de empleos. Los riesgos, cuando estamos aún sin resolver plenamente el asunto de la pandemia, es preocupante. Y aunque una gran cantidad de personas ya están vacunadas, las multitudes que se esperan en los aeropuertos, provocarán necesariamente relajación de medidas de sanidad en algunos sentidos, que puede llevar a perder parte del camino que ya se había recorrido.
Por lo que se refiere a la baja en la calificación a la aviación comercial mexicana por falta de seguridad, la determinación es muy clara: “Se tomó la decisión por la falta de supervisión gubernamental”. Además del ridículo -desde el punto de vista que se le vea- las compañías nacionales están impedidas de tener nuevas rutas y nuevos servicios, mientras que las compañías aéreas de los vecinos no podrán comercializar boletos con nuestras aerolíneas, y la industria de este nicho se deprecia en general, como ya sucedió en la Bolsa Mexicana de Valores.
Todo un fiasco.
La respuesta de Andres Manuel López Obrador sobre el asunto fue que “No es un tema delicado. Veo más bien un propósito de ayudar a las aerolíneas estadounidenses...”. Esto debería de ser extremadamente muy ‘delicado’ para el presidente, ya que la sanción viene porque el gobierno que él encabeza fue degradado, descalificado y exhibido.
Lo único que podemos decir, es que otra vez -como popularmente se dice- a nuestro presidente ‘se le fue el avión’. ¿Usted, qué opina?.
daniel.rodriguez@dbhub.net