A AMLO le urge salir del ‘chiquero’
Los ‘aspiracionistas’ obradoristas que intentan ganar la nominación presidencial, que durante la última semana en todos los rincones del país se han dedicado a hacer proselitismo, atentando en contra del espíritu de la ley electoral y por ende violándola, lo que están haciendo son ¡descarados actos de campaña!.
Durante la semana en las reuniones con diversos sectores de la sociedad, así como los actos masivos -denominados ‘asambleas informativas’ (?)-, llenos de acarreados y salpicados de promesas, como de un sistema de salud, no como el de Dinamarca, pero si el mejor de América Latina, como ofreció Marcelo Ebrard; nuevos ajustes a los programas sociales, como lo dijo Claudia Sheinbaum; mayor seguridad como lo comento Adán Augusto, etc, etc, etc, han sido actos orquestados con alevosía para ventilarse y promocionarse ante ‘el pueblo’, convertidos en verdaderos mítines de proselitismo electoral.
Todo esto ha sido una violación de la ley electoral, que se inició desde el mismo momento en que AMLO -apresuradamente y con urgencia- ‘dio el banderazo’ y destapó descaradamente a las cartas de su ‘baraja’ electoral -el año pasado-, dándoles ‘luz verde’ para que con recursos oficiales desde los mismos puestos públicos que ocupaban fueran y se ‘exhibieran’ en sociedad.
Hoy, lo que vemos son reales campañas políticas disfrazadas de búsqueda de ‘coordinadores de la cuarta transformación’, denominación que se le dio, porque “No están eligiendo, según estoy enterándome(?), al precandidato, es un coordinador o coordinadora de la transformación, quien dirigirá el movimiento de la defensa de la transformación”, dijo ‘inocentemente’ López Obrador el pasado 13 de junio.
Y el Instituto Nacional Electoral (INE), ¿dónde está?. Se espera la intervención del organismo regulador ante descarado proselitismo y campanas en desarrollo que deben ser frenadas con la aplicación de la ley ante la desvergonzada simulación.
El presidente está muy consciente del ‘cochinero’ que está provocando y ya empieza a zafarse de sus responsabilidades. Por lo pronto se ‘lavó las manos’, se desentendió, y anunció que en dos meses concluye como dirigente del movimiento de transformación y entregará ‘el mando’ a quien resulte coordinador del nacional del proceso de Morena. Y dijo, “Yo termino como Presidente en septiembre del año próximo, pero lo cierto es que la conducción de la transformación concluye, en mi caso, en septiembre de este año, cuando ya se decida quién va a coordinar el movimiento de transformación yo entrego la estafeta”.
Pero quien resulte -vamos diciendo cómo se llamará- el candidato de Morena, será eso, solo candidato a un proceso electoral presidencial, que no tiene injerencia en el gobierno federal y que por lo tanto no puede tomar decisiones en ‘sus políticas transformadoras’ del país. Ah, pero el presidente con disparates y mentiras quiere escabullirse y salir corriendo. Lo que le urge a López Obrador -se nota a leguas- es que ya quiere salir del ‘chiquero’ en que está metido, alejarse de la pocilga en que ha convertido a Palacio Nacional e irse a La Chingada -su rancho-.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net