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A 50 años del primer Mundial en México

El desarrollo estabilizador que el régimen priista inició a finales de la década de 1950 permitió altos índices de crecimiento económico en México, lo que indirectamente permitió a nuestro país postularse para celebrar certámenes deportivos de alto nivel. Tras lograr la denominación de los Juegos Olímpicos de 1968, en 1964 la FIFA le entregó la Copa Jules Rimet a México tras un congreso celebrado en Japón. 

El Mundial de 1970 no sólo fue un parteaguas para el futbol moderno por la calidad de sus selecciones y equipos, sino por presentar novedades que ahora nos resultan comunes. Aquí se presentan por primera vez las tarjetas de amonestación y expulsión (aunque esta es la única Copa del Mundo sin expulsados de la historia, en contraste con la rudeza exhibida en Inglaterra cuatro años antes). También fue el primer Mundial que se transmitió por televisión a colores, un invento técnico alcanzado precisamente por un mexicano, Guillermo González Camarena. Finalmente, la editorial italiana Panini presenta su primera edición mundialista del álbum de estampas, generando una nueva vertiente coleccionista e histórica para repasar la historia del balompié. 

La etapa previa a la Copa del Mundo arrojó varias curiosidades, como la primera y única clasificación de Israel jugando eliminatorias en el continente asiático. Las tensiones geopolíticas provocaron que uno de sus rivales, Corea del Norte, se negara a jugar contra el equipo judío, y la difícil convivencia provocó que cuatro años después Israel abandonara la Confederación Asiática.

Sin embargo, lo más recordado fue el conflicto bélico entre Honduras y El Salvador, detonado por una eliminatoria entre ambas naciones que sacó a relucir un grave problema social, en el que se involucra el ancestral problema de la desigualdad de reparto de tierras entre una minoría terrateniente y una mayoría campesina desposeída en ambas naciones, más la manipulación de nacionalismos para enfrentar a poblaciones con vivencias similares y así enmascarar problemas más graves. 

A nivel futbolístico, la selección de México logró por primera vez pasar la Fase de Grupos tras un emparejamiento a modo. Sin embargo, la inexperiencia y el no haber logrado el primer lugar de grupo llevó al Tri a jugar en Toluca y perder por goleada ante Italia en cuartos de final. Los campeones defensores, Inglaterra, fueron eclipsados en la misma fase por Alemania Federal tras sufrir una remontada de dos goles, pero con la incógnita del qué hubiera pasado si Gordon Banks, considerado por muchos en esa época el mejor portero del mundo, hubiese jugado ese partido (se lo perdió por una infección estomacal). Perú presentó su mejor versión histórica, con grandes jugadores como Teófilo Cubillas, Hugo Sotil y Pedro Pablo “Perico” León. 

Sin embargo, Brasil se llevó su tercera Copa del Mundo gracias a lo que probablemente sería la mejor selección de su historia, con Pelé en su última gran actuación rodeado de figuras como Gerson, Tostao, Roberto Rivelino o Jairzinho. Previo al Mundial de México, Brasil pasó con facilidad las eliminatorias gracias a la dirección técnica del periodista Joao Saldanha. Sin embargo, sus nexos con el Partido Comunista brasileño (mal vistos por la Junta Militar que gobernaba el país en ese momento), sus diferencias con Pelé (a quien quería relegar por una miopía que sufría el atacante) y sus peleas con periodistas y técnicos, le impidieron completar su obra en México. Las victorias, el juego ofensivo del “scratch du ouro”, y el cariño que recibió del pueblo mexicano, especialmente el de Guadalajara, hicieron memorable la travesía de ese equipo en una edición mundialista recordada por agrado dentro y fuera de nuestras fronteras.
 

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