5 años sin 3 estudiantes de cine
La noticia de la desaparición de tres estudiantes de cine hace cinco años, el 19 de marzo de 2018, tuvo un gran impacto en la sociedad de Jalisco, especialmente entre los más jóvenes.
Como se recuerda, luego de que por la mañana y tarde de ese 19 de marzo realizaban una tarea para la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV), en una finca en Tonalá, Javier Salomón Aceves Gastélum (originario de Mexicali), Marco Francisco García Ávalos (de Tepic) y Jesús Daniel Díaz García (de Los Cabos) regresaban a la ciudad, acompañados de otras tres compañeras. Viajaban en dos autos, uno de los cuales se averió, por lo que pararon en el acotamiento del Macrolibramiento.
Pocos minutos después llegaron dos vehículos blindados y con logos de identificación de la entonces Procuraduría General de la República de los que bajaron media docena de hombres fuertemente armados. Con violencia y por la fuerza los tres jóvenes fueron obligados a subirse a los vehículos de los secuestradores. A las chicas las dejaron en la carretera. Desde entonces no se sabe nada de Salomón Aceves (que tenía 25 años durante la desaparición), ni de Marco García o de Daniel Díaz (ambos de 20 años cuando fueron privados de la libertad).
La desaparición de los tres estudiantes de cine, como se conoció generalizadamente su caso, tuvo un enorme impacto en la sociedad. A los días siguientes se llevó a cabo una movilización de casi 15 mil personas, desde la Glorieta de los Niños Héroes. A esta le siguieron varias movilizaciones y fue en el contexto de la desaparición de Salomón, Marco y Daniel que las familias organizadas propusieron renombrar dicho espacio como la Glorieta de las y los Desaparecidos.
Si bien el caso conmocionó a toda la sociedad, significó un golpe de conciencia para miles de jóvenes, especialmente estudiantes, que de pronto se dieron cuenta que cualquiera podría desaparecer, a cualquier hora y en cualquier parte. Ser joven en la Zona Metropolitana de Guadalajara en estos tiempos se convirtió en un asunto de riesgo. La desaparición de los tres estudiantes de cine generó miedo a muchos chicos. Así lo expresaban en marchas y manifestaciones.
Pero además de miedo, la desaparición de los tres estudiantes de cine también generó rabia y conciencia política, como quedó de manifiesto en las decenas de asambleas estudiantiles que se convocaron para organizar el miedo y la rabia y para exigir la desaparición de los tres estudiantes de cine y los otros miles que entonces estaban desaparecidos.
Esa politización de los jóvenes y estudiantes creó una enorme presión social en el Gobierno del priista Aristóteles Sandoval Díaz. Bajo este reclamo social, el gobernador ordenó a su Fiscalía Estatal esclarecer el caso.
A las semanas se anunció la detención de seis presuntos responsables y se pretendió dar una versión de los hechos que trataron de vender como “verdad histórica”, así como Peña Nieto lo hizo con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Pero en ambos casos esa verdad era incompleta y muchos creen que inventada, con declaraciones arrancadas mediante tortura.
Según la Fiscalía de Jalisco, a los estudiantes los confundieron con adversarios una célula delictiva que actuaba en Tonalá. En el inter fueron torturados, golpeados y luego asesinados. Posteriormente, fueron disueltos en ácido. Pero la evidencia era endeble, se basaba sólo en el testimonio de uno de los detenidos, un rapero conocido como “Qba”. El entonces titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses declaró un año después, en marzo de 2019, que la Fiscalía se “agarró” de esta declaración, pero no presentó evidencia sólida para confirmar la versión del asesinato de los tres estudiantes. La familia de Salomón dio por válida la versión y celebraron honras fúnebres a su hijo en Mexicali. Las familias de Marcos y Daniel no la aceptaron y presentaron su caso ante el Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU, que pidió el Estado mexicano seguir buscando en vida estos jóvenes.
Dada la gravedad del caso, la Fiscalía General de la República lo atrajo, pero cinco años después no hay una explicación cierta de la desaparición de los tres estudiantes de cine.
Este caso amplió la conciencia sobre la gravedad de la situación de las desapariciones en Jalisco. Lamentablemente, cinco años después el panorama es peor que entonces. Hace cinco años se buscaba a los tres estudiantes de cine y cerca de tres mil 500 desaparecidos en el estado y 34 mil en todo el país. Un lustro después, se buscan en el estado a más de 16 mil personas y más de 110 mil desaparecidos en el país. Esto confirma que la impunidad en la que quedan los casos como los de Salomón, Marco y Daniel propicia que las redes de macro-criminalidad (Estado y narcos) sigan actuando impunemente porque saben que pueden seguir haciéndolo sin pagar consecuencias. Por justicia para los tres estudiantes de cine y de los miles más desaparecidos, debemos romper estas cadenas de impunidad y criminalidad.