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24 años del Ya basta

Sorprendieron a todos, especialmente a los mandos militares y mandos políticos del Estado mexicano. El 1º de enero de 1994, miles de indígenas de comunidades mayas mal armados, eficazmente organizados y totalmente determinados ocuparon cinco ciudades de Chiapas, entre ellas San Cristóbal de la Casas, para darse a conocer al resto de la sociedad mexicana y al mundo, y para declarar la guerra al Ejército mexicano con el fin de deponer “una dictadura de más de 70 años”. 

Eran miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que entonces salía a la luz pública luego de 10 años de trabajo político clandestino entre las comunidades mayas de los Altos y la selva Lacandona de Chiapas. 

Desde un balcón de la presidencia municipal de San Cristóbal de las Casas, un neozapatista leyó la 1º Declaración de la Selva Lacandona, en la que expresaban sus razones para levantarse en armas: “Pero nosotros HOY DECIMOS ¡BASTA!, somos los herederos de los verdaderos forjadores de nuestra nacionalidad, los desposeídos somos millones y llamamos a todos nuestros hermanos a que se sumen a este llamado como el único camino para no morir de hambre ante la ambición insaciable de una dictadura de más de 70 años encabezada por una camarilla de traidores que representan a los grupos más conservadores y vendepatrias. Son los mismos que se opusieron a Hidalgo y a Morelos (…) son los mismos que formaron la dictadura de los científicos porfiristas, son los mismos que masacraron a los trabajadores ferrocarrileros en 1958 y a los estudiantes en 1968, son los mismos que hoy nos quitan todo, absolutamente todo”.

El día escogido no fue casual. Entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que para el gobierno que encabezaba Carlos Salinas de Gortari significaba un signo de modernización y la entrada de México al selecto club de naciones del “primer mundo”. 

El Ya basta zapatista con la irrupción de miles de indígenas chiapanecos determinados a morir de pie antes que seguir muriendo de enfermedades curables y producto del despojo y la explotación, echó por la borda los sueños primermundistas de las élites mexicanas y obligó al resto de la sociedad a mirar y escuchar lo que tenían que decir. 

Fue una sacudida monumental, y su determinación produjo uno de los movimientos de solidaridad más significativos de la historia del país. Ese movimiento de solidaridad obligó al gobierno de Salinas a detener la embestida militar en contra de las comunidades zapatistas y sentaron las condiciones para una salida pacífica y negociada. Lamentablemente para el gobierno el diálogo y las negociaciones significaron una trampa para seguir militarizando Chiapas y el resto del país. 

A 24 años del Ya basta de las comunidades zapatistas, sus trece demandas siguen vigentes en este país: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. 

Gracias a sus gobiernos autónomos, los zapatistas han logrado el cumplimiento de buena parte de estas demandas. Pero en el resto del país todavía son sueños para la mayoría de la sociedad. Por eso, el Ya basta zapatista sigue vigente en todo México. 

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