22 de abril: ¿una disculpa de Pemex?
Han pasado 27 años desde las explosiones del 22 de abril de 1992 en Guadalajara. Más de un cuarto de siglo que se cumple mientras en esta ciudad, que ya es una zona conurbada con al menos cinco millones de habitantes y 10 municipios, la “nota del día” la dan los incendios, la violencia que se expresa en homicidios violentos al grado de ubicar a Jalisco como el tercer Estado con más asesinatos en el país y la evidencia de que a pesar de todos los discursos y esfuerzos (aparentes), seguimos cortos en infraestructura y temas tan básicos como la movilidad.
El aniversario quizá pasaría desapercibido porque, ¿qué es un año más si no hay hechos que lo diferencien? Pero se trata de la primera ocasión en la que se recuerda este desastre cuando ya es gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Y naturalmente, es una ocasión para dejar huella. O al menos intentarlo.
No es culpa del gobernador, claro está, que el puñado de sobrevivientes de aquellas explosiones de hace más de un cuarto de siglo, todavía aparezcan periódicamente para recordar que la atención médica y prestaciones a que se han comprometido sucesivos mandatarios, les sean regateadas. Al menos, el gobernador Alfaro se comprometió a disponer de más recursos económicos para que se atiendan las necesidades básicas de los integrantes de la asociación civil 22 de Abril en Guadalajara.
Pero además, en su primera cita como mandatario con este acontecimiento que marcó un profundo cambio en el Estado, Alfaro Ramírez anunció que exigirá una disculpa pública y oficial de Petróleos Mexicanos (Pemex). Vale recordar que pese a las investigaciones, las indemnizaciones y el paso de los años, la versión que pretende explicar lo ocurrido es un agujero en un ducto, de esos mismos ductos que hoy perforan por todo el país para robarse el combustible.
Desde las explosiones de 1992, en Jalisco hemos visto pasar a cinco gobernadores antes del actual: Carlos Rivera Aceves, Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Ramírez Acuña, Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval Díaz. Los cinco utilizaron el tema del 22 de abril, se tomaron la foto con los sobrevivientes e hicieron compromisos. La realidad nos enseñó después que a pesar de los discursos, para los damnificados siempre había un “después” y recibir medicamentos, atención médica y recursos, era una lucha permanente.
¿De qué vale ahora una disculpa de Petróleos Mexicanos? Quizá tanto como las disculpas que han ofrecido autoridades estatales y federales por hechos que ya no tienen solución, aunque queda el consuelo del reconocimiento.
Hace unos años, la premisa cada 22 de abril era revisar si habíamos adquirido una mejor estructura de protección civil. Sin duda, se avanzó: hay legislación, mejores prácticas sociales y una Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos que está lista y preparada para ayudar en todo tipo de contingencias y desastres.
Pero los tiempos cambian. Hoy el desastre en Guadalajara apunta en otras direcciones: ¿Cuándo una movilidad digna? ¿Cuándo el transporte público que se ha prometido por décadas? ¿Cuándo habrá coordinación y dirección para recuperar la seguridad? ¿Cuándo acaba la ola de asesinatos?
jonasn80@gmail.com / @JonasJAL