2019-2020
Este 2019 que está por terminar ha sido un año con claroscuros o altibajos muy marcados y me voy a referir específicamente al Gobierno de la República mexicana, a la administración de Andrés Manuel López Obrador. Los dos puntos más negativos, reconocidos incluso por el mismo Presidente, son o habían sido, uno, la inseguridad y los altísimos niveles de violencia; y dos, el estancamiento de la economía.
El primero, lamentablemente, permanece y en algunos puntos empeora; pero el segundo ha cambiado en las últimas semanas por decisiones y circunstancias recientes relativas al acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá (con todo y que aún no se completa el proceso legislativo), salario mínimo, nivel inflacionario, paridad peso/dólar y noticias de inversión de parte del sector empresarial que, ciertamente, no son las primeras pero como que ya van a empezar a soltar capitales en diferentes sectores de la economía nacional. Urge.
En general y con todas las reservas dada la fragilidad en esa materia a nivel mundial, el panorama se avizora un poco mejor que el de este año. Me parece muy interesante el estudio de la CEPAL sobre las perspectivas económicas para México 2018-2019, con datos para tenerlos en mente (https://www.cepal.org/es/notas/perspectivas-economicas-mexico-2019) y bueno, sobre el año entrante hay varios analistas que comparten sus previsiones: hay más o menos acuerdo en que los factores externos que han influido en el estancamiento en México, se han reducido, las estimaciones de recesión en Estados Unidos por ejemplo o, como ya mencioné, el temor de que no se firmara el T-MEC. En cambio, la percepción con respecto a los factores internos, es más bien negativa, pese al reciente anuncio de invertir junto con la iniciativa privada 859 mil millones de pesos en infraestructura. Hay que ver.
El segundo punto de los más negativos este año, o el que más, es el de la violencia y operación del crimen organizado al grado de que en noviembre ya se calculaba que 2019 sería peor que 2018, tanto, que se agrega el calificativo “histórico” a cualquier consideración al respecto. Es claro que los niveles de violencia en el primer año de esta administración federal no surgieron, se desarrollaron y alcanzaron el apogeo al que han llegado, todo en 2019, hay antecedentes que todos conocemos, pero sí es fundamental que se revise y ajuste la estrategia de combate porque es claro que no está dando los resultados calculados. Este es, pues, un punto malo, muy malo para calificar 2019 y, en automático se convierte en el principal desafío de cara al año que está por comenzar, junto con el económico por supuesto.
Al cierre de 2018, el número de muertes vinculadas a la operación del crimen organizado llegó a 36 mil (hay variaciones dependiendo las fuentes, pero de todos modos es una barbaridad) y a noviembre de 2019 la cifra llegaba a 29 mil 574.
Ahora bien, estos dos asuntos nos afectan tanto a todos, que de pronto queda poco espacio para otorgar atención a diferentes tareas y pendientes que han ido caminando; además de que en el espacio de lo político del que forman parte los opinólogos, hay demasiado ruido e interferencias. He notado que las principales críticas al Gobierno de AMLO están marcadas por la desinformación, por la manipulación mediática y la tergiversación de datos, digo, no es un asunto de percepción o de que a mí se me figura o yo creo, es una descripción, porque en varios temas me he dado a la tarea de verificar y reverificar y se difunde información errónea, también vía WhatsApp o por Twitter. La invitación aquí es a estar bien informados para juzgar las cosas como son y no como parece que son, digo, es cierto, a veces el estilo del Presidente no ayuda en materia de precisión y surgen entonces las oportunidades para los malentendidos y las peores interpretaciones. Así es.
Bueno, antes de que se me acabe el espacio quiero destacar varios puntos a favor: la reforma laboral, la reforma educativa, el programa para jóvenes, los golpes contra la corrupción que deben llegar hasta sus últimas consecuencias, algunas primeras medidas estratégicas contra el crimen organizado (de las recomendadas por Edgardo Buscaglia), la negociación del T-MEC con buenas noticias para los trabajadores mexicanos, el aumento al salario mínimo, la baja inflación y otros. Falta como en todo, mantener las decisiones que implican cambios profundos y de largo aliento, como la agenda social y educativa para combatir la delincuencia, así como cuidar la operación correspondiente.
Seguimos vivos y atentos, con esperanzas y preocupaciones y sí creo, pese a todo, que el año 2020 será mucho mejor para todos... es el deseo.