11/S y el declive de Estados Unidos
El ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, y los episodios ocurridos en el Pentágono, y la versión de que otro avión fue tomado por secuestradores el 11 de septiembre fue considerado por el gobierno de Estados Unidos como una de las agresiones más importantes en su historia y el mayor ataque terrorista cometido en su propio territorio. Ese episodio histórico que saldó la vida de más de 3,500 personas, desencadenó un curso de acción tomado por el gobierno de Estados Unidos y principales aliados y significó una reconstitución geopolítica de dimensiones mundiales.
La mayoría que tenga más de 30 años seguramente recordará los hechos porque se trató de uno de los acontecimientos históricos que se transmitieron en directo por los medios masivos de comunicación.
El primer avión que se estrelló contra el edificio norte de las Torres Gemelas antes de las 10 de la mañana de México concentró la atención de los medios mundiales. En directo, millones de personas veían por televisión el primer suceso cuando menos de media hora después, otro avión se estrelló contra el edificio sur de las Torres Gemelas; 37 minutos después, los medios informaron de un ataque al Pentágono, en Washington y posteriormente se informó del derribo de otro vuelo comercial en un poblado de Pensilvania.
El gobierno de Estados Unidos que presidía George W. Bush calificó los atentados como la mayor agresión sufrida por ese país. Casi de inmediato, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas calificó la agresión como “horrendos ataques terroristas”. El mismo día el gobierno de Bush denunció que el ataque fue cometido por terroristas ligados a la organización fundamentalista islámica Al Qaeda, encabezada por Osama Bin Laden, originario de Arabia Saudita y a quien los servicios de espionaje ubicaban en cuevas en Afganistán. El repudio mundial no se hizo esperar y en los días siguientes hubo ceremonias de duelo y solidaridad con las víctimas, en todo el mundo.
Tras las honras fúnebres, los días siguientes el gobierno de Estados Unidos afianzó esta versión de ataques concertados por Al Qaeda por lo que anunció una política nacional y con aliados globales que llamaron “Guerra contra el terrorismo”. Los ataques del 11/S tuvieron consecuencias casi inmediatas y algunas de ellas de alcance global que todavía se viven diariamente en el mundo, como la seguridad en aeropuertos y en los vuelos de avión. La seguridad aérea cambió tras ese día.
El cambio geopolítico principal es que Estados Unidos se propuso reconfigurar Medio Oriente primero con la invasión a Afganistán el 7 de octubre de 2001, menos de un mes después de los atentados a las Torres Gemelas, con el objetivo de sacar del poder al primer gobierno de los Talibanes acusado de proteger a Bin Laden.
Luego de esta invasión, a lo largo de 2002 se empezó a difundir la versión de que el gobierno de Irak, encabezado por Saddam Hussein, tenía armas de destrucción masiva, por lo cual se proponía integrar una coalición internacional para invadir esa nación árabe. Sin el consentimiento de Naciones Unidas, Estados Unidos y pocos países aliados, con Gran Bretaña y España a la cabeza, las fuerzas militares estadounidenses invadieron Irak el 20 de marzo de 2003, mediante el lanzamiento de cientos de misiles desde portaviones emplazados en el Golfo Pérsico.
Tras estas invasiones y con la imposición de gobiernos títeres en ambos países, Estados Unidos cambió a su favor la correlación de fuerzas en Medio Oriente restando presencia de otras potencias como Rusia, China y Francia. Una de las primeras consecuencias fue el control de las reservas petroleras iraquíes a favor de empresas de Estados Unidos.
Pero el 11/S trajo otras consecuencias internas en Estados Unidos y otras de escala global. Tras los ataques, el gobierno de Bush impuso la llamada Acta Patriótica que legalizaba intervenciones de vigilancia y violaciones a las garantías individuales, bajo la justificación de luchar contra el terrorismo.
A escala global, si bien ya existían programa de espionaje masivo mundial como el programa Echelon de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, tras los ataques del 11/S se impusieron programa de vigilancia masiva como programas de vigilancia masiva PRISM y XKeyscore, denunciados públicamente por Edward Snowden en 2013.
Parecía que la respuesta de Estados Unidos a los ataques del 11/S lo reafirmaron como la potencia hegemónica mundial, con el despliegue de sus fuerzas armadas en Medio Oriente. Ahora que se cumplen 20 años de aquellos ataques se puede observar lo contrario, el declive de la otrora potencia dominante, como se vio con la atropellada salida de Kabul a fines de agosto pasado. 20 años después los Talibanes están de regreso en Afganistán, el mundo no es menos seguro, pero Estados Unidos sí es más débil en el globo.
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