* Un “volado”
“La moneda sigue en el aire”, dirían los clásicos.
El Toluca llegará al partido de vuelta, el domingo, con la ventaja de ser local: el clima, la altura, el ambiente al que está acostumbrado... Santos Laguna lo hará con la de tener la sartén por el mango, por obra y gracia de la victoria de anoche en su cancha, donde prevalecieron en su beneficio las ya señaladas circunstancias de lugar.
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Un repaso objetivo de la película del partido de anoche lleva a recordar, primero, que los “Diablos Rojos” tuvieron dos claras oportunidades de inclinar la balanza de su lado en los cinco minutos iniciales: un remate de Quiñones al travesaño, y un “fusilamiento” de Sambueza que pegó en el poste derecho. Después, aunque los “Guerreros” equilibraron el trámite y aun pasaron a ser dueños del balón, serían los visitantes, en la etapa complementaria, los encargados de abrir el marcador.
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Daba la sensación de que el comportamiento de los porteros sería determinante en el resultado: a cambio de que Orozco abriera el zaguán al intuir un disparo cruzado de Quiñones, que nunca llegó porque el atacante colombiano optó por un sorpresivo punterazo al primer palo, Talavera, del otro lado, mediante un lance suicida, evitó que un fusilamiento de Tavares lo venciera.
Prueba de que —ya lo decía la canción de Manoella Torres— “lo perfecto es inhumano”, la salida alocada de Talavera, con Tavares lanzado; contra la precipitación del primero, la frialdad del segundo para llegar a tiempo, sacudirse al gendarme vestido de rojo que lo llevaba esposado, y patear a continuación sobre el marco vacío. Y en el lance con que se escribió el primer capítulo de esta historia, la solvencia de Furch (“por eso un centro delantero cobra más que nadie… aunque toque el balón menos que nadie”, decía el inolvidable Héctor Rial) para desviar el servicio de Lozano lo suficiente para vencer de nuevo a Talavera.
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El Toluca fue una aplanadora en su partido de vuelta ante Tijuana, el domingo pasado. Santos Laguna hizo suya la serie ante el América a base de ganar en casa y jugar sin complejos en la devolución de la visita. Fue así como llegaron ambos a la fase decisiva del certamen. Aventurar un pronóstico acerca del desenlace de este asunto, así, es, literalmente, jugar a las adivinanzas… o a los volados.