Ideas

* Siboldi

Hernán Cristante había ganado seis títulos en 15 años de carrera divididos en tres etapas como portero del Toluca. Robert Dante Siboldi fue campeón dos veces con su cuarto equipo en el futbol mexicano: los “Tigres”.

Como técnicos, si la carrera del argentino es aún breve —comenzó en 2016 con el Deportivo Tepic y ese mismo año se hizo cargo de los “Diablos Rojos”—, la del uruguayo es más breve aún. De hecho, cuando los dirigentes del Santos Laguna formalizaron su permanencia en el cargo para el Torneo de Clausura que finalizó el domingo, en los mentideros futbolísticos hubo consenso: se trataba de una apuesta arriesgada.

Considerando que los “Guerreros” han sido protagonistas —en toda la extensión del vocablo— de varios campeonatos (el del domingo es el sexto de su historia), se consideraba que el sucesor lógico de Chepo de la Torre —su antecesor en el cargo— fuera un entrenador con más cartel, con más trayectoria, con más prestigio; con más nombre, en una palabra.

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A diferencia de su colega, que ejerció fugazmente como comentarista en programas de televisión tras cerrar su larga carrera en las canchas (se retiró a los 43 años, tras una campaña en la división de ascenso con la Universidad de Guadalajara), el que llegara a México como portero del Atlas hace 29 años ha mantenido un nivel bastante discreto con respecto a los medios. Sin ser elusivo, es poco dado a aparecer en ellos.

El auge que tuvo el cuadro coahuilense en el curso de la campaña que concluyó el domingo, mereció, por supuesto, titulares entre signos de admiración. Sin embargo, pocos fueron los entendidos que le otorgaron el rango de favorito para el título. De hecho, el arranque de los “Pumas”, líderes en las primeras jornadas del certamen, tuvo más resonancia que el ciclo en que Santos Laguna asumió el liderato que cedería al Toluca en la recta final del torneo.

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Ya en la “Liguilla”, ni siquiera el hecho de tener en sus filas al líder de goleo individual —el caboverdiano Djaniny Tavares— incluyó a los “Guerreros” entre los grandes favoritos. Sus momios, como los de “Pumas”, Tijuana y Morelia, estaban por debajo de los de “Tigres”, Monterrey, América… y aun del mismo Toluca.

La conquista del título —inobjetable, pero sorpresiva—, en esas condiciones, fue la reivindicación de los humildes… y la humillación de los soberbios.

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