* Reverdecer laureles
Hay que decirlo con toda claridad: al margen de sus desplantes, el sueco Zlatan Ibrahimovic dejó en el Galaxy de Los Ángeles y en la Major League Soccer (MLS) de los Estados Unidos —equipo y Liga a los que todo indica que está en vías de integrarse Javier “Chicharito” Hernández— la vara muy alta…
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Javier, al parecer, por decisión propia y por consejo de sus asesores, tomó la decisión de cerrar la faceta europea de su carrera en las canchas. Una carrera que tuvo como preámbulo sus inicios con el Guadalajara, en 2006, y su confirmación en los torneos Apertura 2009 y Bicentenario 2010, con goles (7 y 21, respectivamente) que lo proyectaron al Manchester United.
Con 37 goles en seis temporadas —13, 10, 10 y 4 en las primeras, cero en las dos últimas—, tras un paso fugaz e intrascendente por el Real Madrid se enroló en el Bayer Leverkusen alemán, donde anotó 28 goles en dos temporadas (17 en la primera, 11 en la segunda) y posteriormente en el West Ham United inglés, donde anotó 16 goles en tres temporadas: 8, 7 y 1, sucesivamente. En septiembre pasado llegó al Sevilla, donde sus actuaciones han sido escasas; y sus goles, por lo consiguiente.
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En casi dos años con el Galaxy (llegó en marzo de 2018, con 36 años de edad, al cabo de una carrera en la que pasó por el Malmö de su país, Ajax de Amsterdam, Juventus de Turín, Milan, Barcelona, nuevamente Milan, París Saint-Germain y Manchester United; en diciembre de 2019 anunció su decisión de intentar una tercera etapa con el Milan), Ibrahimovic hizo historia. En su primera temporada anotó 30 goles en 34 partidos; en su segunda, 28 goles en 27 encuentros. Llegó como “jugador insignia” —la misma categoría que tendrá el “Chicharito”, supuestamente— y se fue como el jugador mejor pagado en la historia de la MLS. Cuando decidió volver al Milan, se despidió con su arrogancia característica: “Vine, miré, conquisté. Gracias LA Galaxy por hacerme sentir vivo otra vez. Para los fanáticos del Galaxy: querías Zlatan, te di Zlatan. De nada. La historia continúa... Ahora vuelvan a ver béisbol”.
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A sus 31 años —cumple 32 en junio—, en un entorno propicio —por la gran colonia mexicana de Los Angeles principalmente—, el “Chiharito” aún parece estar en condiciones de reverdecer laureles.