Ideas

* Reemplazos

Lo de siempre: será pertinente, antes de echar a vuelo las campanas, recordar que “una golondrina no hace verano”.

Por supuesto, la victoria del jueves sobre Costa Rica, en el amistoso de la Fecha FIFA, tiene su mérito. Lo de menos es que el triunfo no abone a favor del “Tri” en la eliminatoria rumbo al próximo Mundial, por ejemplo. Es meritorio, en cualquier caso, que los seleccionados mexicanos tuvieran lo que es fama que se le pone al rompope, para aplicar la ley de la tortilla a un marcador que dos veces les fue adverso.

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Habrá quien  solicite estrellita en la frente, adicional a la calificación aprobatoria, al hecho de que, para levantarse dos veces de la lona, los tricolores hubieran anotado tres goles en el marco de Costa Rica, defendido por Keylor Navas, merecidamente reputado como uno de los mejores del mundo por alternar hoy en día la titularidad en el Real Madrid con Thibaut Courtois. Algo notable, en efecto, considerando que, históricamente, la contundencia ha sido el talón de Aquiles del futbol mexicano…

Sin embargo, también en ese aspecto conviene poner -como dijera el pariente- “los puntos sobre las ís” (sic); destacar, en consecuencia, que el trámite del partido no representó mayor complicación para la tribu comandada nuevamente por Ricardo Ferretti; que no obstante que se trata de los jugadores de la generación de reemplazo -muy jóvenes, por lo consiguiente- y que los 11 inicialistas nunca habían estado juntos en un partido, tuvieron la calidad y el oficio necesarios para ser, en lo general, dueños de la pelota y amos en la cancha… y para corregir a tiempo un marcador que, en la medida que los ticos supieron aprovechar los titubeos y desatinos defensivos de los mexicanos, parecía corresponder a otro partido.

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No puede decirse, siquiera, que se ganó una batalla, pero que aún no se ha ganado todavía la guerra… Se ganó, simplemente, un simulacro de combate; un ensayo; un partido que se jugó por disciplina: porque la FIFA dispone que hay que jugar, y lo que menos importa es contra quién.

En cuanto al resultado, la única utilidad práctica que tiene es alimentar de confianza a los jugadores que ven en estos compromisos, etapas de un proceso que llevará a muchos -no a todos, ciertamente- a los Mundiales que aún están a cuatro y ocho años de distancia.

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