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* “Otra oportunidad”

El futbol está en vías de dar a los Leones Negros la clásica “otra oportunidad” de regresar a la Primera División…

Para Guadalajara, que en un pasado cada vez más distante se preció de ser la plaza más futbolera de la República, con cinco equipos en el máximo circuito (Guadalajara, Atlas, Jalisco y las dos universidades), el hito, de consumarse, le permitiría volver, en cierta medida, por sus fueros: tendría más equipos que Monterrey (Tigres y Rayados), y los mismos que la Ciudad de México (América, Pumas y Cruz Azul).

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Para la Universidad de Guadalajara, el retorno, de consumarse, sería el tercer capítulo de una historia de contrastes…

En el primero, “El equipo que nació grande”, como lo llamaron sus publicistas, armó prácticamente una Selección Nacional (los mexicanos Calderón, Montes de Oca, Santoyo, Nájera, Guillén, “Chepe” Chávez, Rivas, Berna García, Chavarín, etc.) apuntalados por la inolvidable cuarteta de brasileños: Roberto, “Nené”, Jair y Euzebio. No consiguió títulos, aunque disputó dos finales, pero dejó honda huella en la memoria de los aficionados.

En la medida en que declinó el flujo económico, por considerarse que la Universidad, como tal, debería dar prioridad a otros asuntos, el equipo languideció, descendió… y terminó por desaparecer.

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En el segundo, el equipo que logró el ascenso hace cuatro años, vivió una experiencia similar a la de Lobos-BUAP: sólo un año —dos torneos, pues— le duró el gusto. La mezcla de los héroes del ascenso en una temporada con los supuestos refuerzos —extranjeros casi todos— no bastó para conseguir los resultados deseables de conformidad a un sistema de competencia a todas luces proteccionista y poco equitativo por cuanto otorga lo que pudiera denominarse “derecho de antigüedad” a los equipos que ya están en el máximo circuito, y deja en posición desventajosa a los recién llegados de la Liga de Ascenso.

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De consumarse el ascenso de los Leones, la expansión que se cocina, a 20 equipos, suspendería el ascenso por dos años… y daría a los universitarios la relativa tranquilidad de aprovechar su experiencia más reciente para consolidar un proyecto con mejores perspectivas financieras y deportivas.

Más allá de la ilusión —por demás legítima— de que así sea, está el “plus” del apoyo de una nueva generación de aficionados, que parecen desmentir la teoría de que Guadalajara estaba condenada a ser plaza de dos equipos… por los siglos de los siglos.

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