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El Guadalajara que abrió la Liga, la semana antepasada, ante Ciudad Juárez, incluyó en su alineación, contrariando las expectativas de la mayoría de sus simpatizantes, a uno solo de los refuerzos “estelares” adquiridos por sus dirigentes para esta temporada (Macías)… y ganó.
El que debutó en la Copa, el martes, ante Dorados de la Liga de Ascenso, incluyó a las siete “caras nuevas” del elenco –recuérdese que la incorporación de Víctor Guzmán quedó en suspenso por el posible “doping”– (Madueña, Peña, Calderón, Antuna, Vázquez, Angulo y Macías)… y perdió.
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Por supuesto, sería necio sostener que del descalabro ante los sinaloenses deba desprenderse la conclusión de que fue errónea la selección de los presuntos refuerzos, o desacertada la millonaria inversión (alrededor de 900 millones de pesos por todo el paquete) realizada para concretar esas operaciones.
Los célebres preceptos de Murphy advierten que “Las leyes naturales no tienen clemencia”. En el caso, aunque la calidad de los jugadores es la materia prima de todos los equipos, el aglutinante por excelencia de los mismos es el tiempo…
Vale, por tanto, la declaración de Luis Fernando Tena al final del partido. Ecuánime, lejos de desgarrarse las vestiduras por el quebranto –un quebranto reversible, por lo demás, ya que el sistema de competencia, a visita recíproca, le dará la revancha la próxima semana—, el técnico rojiblanco apuntó que era previsible que aflorara la falta de acoplamiento del que teóricamente puede llegar a ser un gran equipo, porque tiene a varios de los mejores jugadores mexicanos de la actualidad en cada puesto…, pero no lo es aún.
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La experiencia del martes sirvió para hacer algunos apuntes…
Uno, que el “Chicote” Calderón alternó las de cal (por el penalti que propició el primer gol de los Dorados) con las de arena (al anotar, ya casi de salida, el tanto “de la honrilla”).
Otro, que la dupla Macías-Peralta, en el ataque, sin abastecimiento de balones –mérito, en gran medida, del adversario—, resultó inoperante.
Uno más, que la Copa implica riesgos… como la lesión que tendrá fuera de circulación a Vega por dos o tres semanas.
Y otro –el más promisorio, quizá—, que Antuna, con sus continuos, punzantes desbordes hacia la línea de fondo y sus servicios intencionados, pinta para ser uno de los principales animadores de la ofensiva rojiblanca.
(Con la venia de José Feliciano: “¡Ya veremos…!”).