Ideas

* Más deporte

Son, por decirlo así, variaciones de algunos temas que se manejaron como noticias la semana pasada…

Las declaraciones de Édgar Zaldívar, prospecto del Atlas, acerca de que la rojinegra es “la mejor cantera” del futbol mexicano, fueron secuela de la versión de que el Grupo Orlegi -en cuyas manos está actualmente el manejo del equipo- proyecta reducir la presencia de jugadores extranjeros e incrementar la de jóvenes surgidos de las Fuerzas Básicas en el plantel. Adicionalmente, Luis Fernando Tena, timonel del Guadalajara, hizo algunos comentarios sobre la perspectiva de ver más hacia las Fuerzas Inferiores y menos a lo que puede conseguirse en el mercado nacional para reforzar a las “Chivas”.

Todo ello va en sintonía con la noticia de que la Olimpiada Nacional, en la que ordinariamente la delegación de Jalisco arrasaba en todas las disciplinas, será sustituida por una competencia de formato diferente.

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Se trata, en el fondo, de que Jalisco, históricamente, tuvo justa fama de ser cuna de grandes deportistas. Antes, durante y después de los tiempos del Guadalajara “Campeonísimo”, se reconocía que de Jalisco procedían muchos de los mejores deportistas mexicanos: en el ciclismo, Ángel “Zapopan” Romero, Rafael Vaca y Federico Ángel; en el boxeo, José Becerra; en el frontenis, su homónimo, por mote “El Veneno”; en el tenis, Toño Palafox; en el futbol, la lista interminable en que sobresalieron las dinastías de los Prieto y los Reyes, por poner unos cuantos botones de muestra.

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Antes de que el crecimiento brutal de la Zona Metropolitana las arrasara, si algo sobraba en Guadalajara eran canchas; principalmente, de futbol. Era natural, en consecuencia, que esos espacios fueran -muy por encima de la televisión, que entonces era un fenómeno incipiente- la opción preferente de los jóvenes para el empleo del tiempo libre. Era natural, en consecuencia, que si los talentos para el deporte -para todos los deportes- parecían brotar por generación espontánea (“hasta debajo de las piedras”, se decía), de la cantidad surgiera la calidad, y que hubiera materia prima en abundancia para los equipos profesionales de futbol.

Actualmente, ni los espacios destinados para el deporte son tan abundantes ni los jóvenes se inclinan tanto hacia esas disciplinas como antaño. Pero de que algo puede (y debe) hacerse al respecto, ni duda cabe. (Por ejemplo, para empezar, tratar de revertir el deterioro y el abandono -notorios ambos- de las instalaciones deportivas).

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