* La verdadera cara
Tiempos hubo, señor Don Simón, en que un partido entre un equipo alemán (el Bayern Munich, verbigracia) y un mexicano (los “Tigres”, por ejemplo) exigía al calce -con la venia de Gabriel García Márquez- la “Crónica de una Muerte Anunciada”. Todavía la victoria del “tri” sobre los germanos (a la sazón campeones defensores) en el Mundial de Rusia-2018, ameritó signos de admiración en la prensa de todo el mundo…, y, adicionalmente, el comentario de que había sido una versión futbolera del episodio bíblico de David y Goliath.
El desenlace de la Final del Mundial de Clubes, ayer en Qatar, encaja lo mismo en el terreno de lo previsible que en el de lo deseable; lo primero, porque es indudable que los momios favorecían ampliamente a los alemanes; lo segundo porque el desempeño de los “Tigres” fue digno de todo elogio -por su esfuerzo, por su disciplina táctica, por la calidad de sus jugadores, por su deportivismo…-, aunque el desenlace de la historia pareciera estar escrito de antemano.
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Se discutía, antes del partido, si los “Tigres” representaban al futbol mexicano en este cotejo…
Discusión bizantina, donde las haya. Si el Bayern Munich es el campeón de la Bundesliga, es el representante del futbol alemán en esta contienda; si los “Tigres”, campeones de la Concacaf, llegaron a esa instancia ganando previamente la Liga de México, representan, a plenitud y con absoluta legitimidad, al futbol mexicano.
El punto, en todo caso, está en puntualizar qué debe entenderse, en estos tiempos y en una competencia como el Mundial de Clubes, por “el futbol mexicano” o “el futbol alemán”, habida cuenta de que la presencia de jugadores extranjeros en los equipos que militan en las ligas profesionales de casi todo el mundo -la mexicana incluida- ha pasado a ser mayoritaria… y la de los nacionales, por lo consiguiente, simbólica.
Ayer, por ejemplo, había cinco jugadores mexicanos (“Chaka” Rodríguez, Reyes, Salcedo, Dueñas y Aquino) a cambio de seis extranjeros (Nahuel, Carioca, Pizarro, Quiñones, Gignac y González), como pudieron haber sido dos o tres más, en la alineación inicial de los “Tigres”.
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Aún están por verse los efectos de esas prácticas en competencias como los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo; de lo que no hay duda es de que la que mostraron ayer los “Tigres” es, hoy por hoy, la verdadera cara del futbol mexicano.