Ideas

* Inoperancia

Objetivamente, las principales diferencias entre el Guadalajara que perdió el domingo ante Santos Laguna (3-0) y el que empató (0-0) en tiempo normal y perdió en penalties ante el Atlético de Madrid, el martes, fueron dos: una, que Toño Rodríguez, el domingo, puso a su equipo en la lona al tragarse el primer gol de los “Guerreros”, mientras Gudiño, el martes, bajaba la cortina mediante tres lances tan espectaculares como efectivos; y dos, que el del domingo fue un partido oficial, y el del martes un encuentro amistoso… o punto menos.

Pero, como dicen que dijo Jack el Descuartizador, “Vámonos por partes”…

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Las “Chivas”, el martes, tuvieron superioridad numérica sobre el adversario desde el minuto 24, cuando fue expulsado Marcos Llorente, hasta el 61’, cuando Carlos Villanueva se ganó la segunda tarjeta amarilla y la correspondiente expulsión. Fueron, pues, 38 minutos -casi la mitad del partido- con un hombre más que el oponente, y en los que, sin embargo, mientras Gudiño se afirmaba como el gran protagonista del partido y aun obligaba a especular a los observadores sobre la posibilidad de que vuelva a la titularidad en el encuentro del próximo domingo ante los “Tigres”, los atacantes -es un decir...- del Guadalajara volvieron a acusar su habitual inoperancia, como lo demuestra el hecho de que ni el inicialista Oblak ni su reemplazo, Adán, confrontaron apremios ni se ensuciaron el uniforme.

Si Gudiño evitó la derrota y aun la goleada de las “Chivas”, por un lado, y si, por el otro, ni Peralta, ni Vega, ni López, ni Villalpando, ni Ponce, ni Van Rankin, ni Huerta ni ninguno de sus compañeros hicieron nada que obligara a Oblak y Adán -los porteros del Atlético- a desquitar la chuleta, cabe la conclusión de que, bien visto, el Guadalajara estuvo más cerca de la derrota que de la victoria. Así, la aseveración de que el equipo acusó una significativa mejoría con respecto a su desempeño en sus salidas más recientes, tiene un valor muy relativo.

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Por lo demás -el otro punto señalado en el primer párrafo-, aunque el partido se vendió como parte de una International Champions Cup (Copa Internacional de Campeones) inventada por sus promotores, fue notorio que el Atlético de Madrid, lejos de mostrar su ardor característico de la Liga española y las copas europeas, se limitó a cobrar por exhibir el uniforme.

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