* Hándicap
Pues sí: para dirigentes y simpatizantes de un equipo de futbol profesional, es muy honroso que se le soliciten jugadores para la Selección Nacional; es un claro indicio de que se trata de jugadores sobresalientes; de que fue acertada la decisión de contratarlos, y atinada la inversión que se hizo para tal efecto…
Pero, por otra parte, cuando las designaciones involucran a varios jugadores titulares, y lo hacen para fechas en que el equipo tiene programados compromisos cruciales dentro de la competencia doméstica, es natural que haya, si no quejas propiamente dichas, sí la petición de que se le hagan algunas consideraciones, al efecto de no perjudicar su marcha en el campeonato.
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Ahí está el caso concreto del Guadalajara: aunque el equipo marcha en la media tabla del Torneo de Clausura —de momento está fuera de la llamada “zona de clasificación”—, cinco de sus jugadores, tres de los cuales —Sepúlveda, Beltrán y Macías— habituales titulares, fueron convocados a la Selección Olímpica que participará en la eliminatoria zonal de la Concacaf (en el “Grupo de la Muerte”, al decir de los entendidos) del 19 de marzo al primero de abril.
En esas dos semanas, las “Chivas” tienen programados los partidos de la jornada 10, ante Monterrey, y 11, ante Morelia. Considerando que los rayados tuvieron un errático arranque en la temporada, se supone que están a tiempo de recuperar los puntos que dejaron en el camino a consecuencia de sus titubeos… a condición de que no tengan el hándicap que representarían las ausencias de cinco jugadores: tres titulares —los ya nombrados— y dos más (Angulo y Antuna) que también aparecen con bastante frecuencia en la alineación; es decir, virtualmente medio equipo.
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En el pasado ha sucedido que los dueños de los equipos profesionales solicitaban, y la Federación Mexicana de Futbol, a través de la Comisión de Selecciones, accedía a dosificar la colaboración de los primeros a un máximo de tres jugadores por equipo. O si no, se acordaba que en caso de que fuera significativa la cifra de ausencias de jugadores titulares, los equipos afectados pudieran reprogramar sus partidos para fechas en que tuvieran de nuevo su plantel completo.
Algo, además de razonable, bastante frecuente en el futbol mexicano, donde con relativa facilidad se reprograman partidos y se ajusta el calendario, esta vez para que una distinción no se traduzca en un perjuicio.