Ideas

* Escándalo

Lo que en algunos equipos se tomaría con relativa naturalidad, en otros se magnifica; lo que en algunos sería mera anécdota, en otros alcanza dimensiones de escándalo.

Las “Chivas”, por ejemplo…

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La derrota del miércoles ante los “Correcaminos” de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en su propia cancha, en partido de Copa, motivó reacciones desmedidas: desde los gritos de “¡Fuera Boy!” por parte de la mayoría de los 10 mil aficionados presentes en el estadio, hasta las especulaciones de los “expertos” que dedicaron buena parte de sus espacios a disertar, pontificar y debatir sobre la pertinencia de subir al aún entrenador del Guadalajara, con boleto de ida solamente, al tren que esta misma semana se llevó a Pedro Caixinha y a Luis Alfonso Sosa.

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Se dijo, entre otras cosas, que no había perdón de Dios para semejante atrocidad; que era “absolutamente inadmisible” que un equipo con un historial tan brillante, con tantos diplomas y tantos simpatizantes como el Guadalajara, “hiciera el ridículo” al perder -¡y como local, para mayor oprobio…!- contra un cuadro de tercera categoría, que llegaba, además, como sotanero de su División y sin ninguna victoria en lo que va de la temporada.

Pocos “entendidos”, hasta donde se tiene conocimiento, repararon, de entrada, en que el que utilizó Boy en ese encuentro fue un cuadro “alternativo”; es decir, integrado mayoritariamente por suplentes. Pocos se plantearon si reservar a los titulares (Van Rankin, Briseño, Alanís, Ponce, Pérez, Molina, Pulido…) e incluir a Brizuela y Villalpando hasta la última media hora de partido, se justifica o se explica por la intención de darles descanso.

Pocos valoraron la probable intención de dar a los Sánchez, Villanueva, Sepúlveda, Zendejas, Huerta, Torres, Beltrán, Sandoval, Madrigal y González (10 en total), “minutos” -como ahora se estila decir- para tenerlos en ritmo de competencia cuando sea menester incluirlos en los partidos de Liga, y que en circunstancias normales difícilmente tendrían. Algunos más habrán interpretado la decisión como un gesto de menosprecio hacia el adversario… o de desdén hacia la Copa, que muchos entrenadores y dirigentes ven como plato de segunda mesa.

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En fin: aunque está por verse si al final de la película “todo saldrá bien”, como dijo Boy en la rueda de prensa, está visto que pocas cosas hay tan difíciles en el mundo raro del futbol, como darles gusto a todos los seguidores… de ciertos equipos.

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