-“¿Emblema...?”
Que “Guadalajara se ha distinguido (...) por ser el emblema de la mexicanidad”, suena bonito. Lástima que no sea cierto.
-II-
Sin ánimo de enmendar la plana o mucho menos contradecir al presidente municipal, Pablo Lemus Navarro -a quien se aprecia y respeta: él lo sabe-, esa frase de su discurso conmemorativo del supuesto 480 aniversario de la cuarta fundación de la ciudad, el pasado lunes 14, es literatura químicamente pura...
Para empezar, las ciudades, por sí mismas, impersonales como son, no tienen amor ni apego a sus tradiciones; podrán tenerlo (o no), en todo caso, sus habitantes. Después, aunque el municipio, políticamente, subsiste, Guadalajara dejó de ser una simple ciudad para transformarse en una zona metropolitana monstruosa, inabarcable, indefinible y despersonalizada. A continuación, la migración procedente de otras poblaciones de Jalisco y aun de otras entidades -algunas vecinas, como Michoacán, Guanajuato, Colima o Zacatecas; otras distantes, como Sinaloa, Sonora o la Ciudad de México-, ha modificado los hábitos y el talante de los lugareños. Si alguna vez fueron características la belleza de las mujeres, la gallardía de los varones y la amabilidad y cortesía de unas y otros, actualmente pocos rasgos de su personalidad resaltan o permiten identificar a golpe de vista a los tapatíos.
Guadalajara -dijo Lemus- “es referente nacional e internacional por su música, gastronomía y tradiciones...”. Empero, lugares que alguna vez fueron emblemáticos de la otrora “Perla de Occidente” -su Centro histórico, sus barrios tradicionales, sus mercados (el de San Juan de Dios muy particularmente), la Plaza de los Mariachis...-, se han despersonalizado notoriamente, por no decir que degradado. Las zonas más visitadas actualmente por los tapatíos -cualquier cosa que eso signifique-, son los centros comerciales al estilo gringo en que pizzas, hamburguesas, hot dogs o comida japonesa -por hablar de gastronomía- predominan ostensiblemente sobre las tortas ahogadas o el pozole. En los bares se consumen muchas más cervezas -y no necesariamente artesanales, de manufactura local- que tequila. En materia de música, es obvio que el rap, la música de banda o el rock eclipsan a la música mexicana en cualquiera de sus géneros tradicionales. Juan Rulfo y Agustín Yáñez, por hablar de otras expresiones culturales, son cimas de la literatura; pero, ¿cuántos tapatíos los han leído?; ¿cuántos los consideran héroes de consumo popular como el “Canelo” Álvarez o “Checo” Pérez...?
-III-
Colofón: Quizá Guadalajara fue -tiempo pretérito- emblema de la mexicanidad. Ya no... (“Crímenes son del tiempo y no de España”, diría el clásico).