Ideas

* El examen

Juan Carlos Osorio podría seguir el ejemplo de Mafalda, cuando la maestra anuncia que habrá examen: “¿Y no sería preferible —pregunta la niña genial de las tiras cómicas— evitar un inútil derramamiento de ceros…?”.

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El examen al que se someterá la Selección Mexicana ante su similar (es un decir) de Bélgica, en Bruselas, hoy, no promete ser, en lo que atañe al marcador, un día de campo para el “Tri”. Sin blasones como los de Alemania, Italia, Inglaterra, Francia y España, que han sido campeones mundiales, o de Holanda, Polonia, Croacia o Hungría, que, sin haberlo sido, de ordinario han formado parte de la élite del futbol mundial, los belgas atraviesan por una de las mejores etapas de su historia.

A medida que en la eliminatoria mundialista se desvanecían los fantasmas que acompañaron al seleccionado mexicano en contiendas similares anteriores, Osorio pidió a sus dirigentes lo que está en vías de hacerse efectivo: buscar rivales “de primer nivel”, que exijan del “Tri” un esfuerzo mayor al que le permitió revalidar su añeja hegemonía en el gallinero —dicho sea sin la menor intención peyorativa— de la Concacaf.

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Se dice que parte de la dificultad que tendrá hoy el seleccionado mexicano —además del clima, el ambiente y la jerarquía del adversario— estriba en que, acostumbrado como está a plantear sus partidos en función del estilo de los rivales que le iban saliendo al paso en la eliminatoria, “carece —según sus críticos— de un sistema”…

Habrá que verlo. Que Osorio distribuyera roles y encomendara funciones según las características de los rivales, no significa que no hubiera jugadores que aparecieran en la alineación con cierta regularidad (los Ochoa, Reyes, Moreno, Layún, Herrera, Guardado, “Chicharito”, Peralta y alguno más). Tampoco significa que no hubiera una forma determinada de pasar de la defensa al ataque, cuando se tenía el balón, ni una de pasar del ataque a la defensa cuando la pelota se perdía.

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Las principales dudas, en todo caso, estriban, más que en el sistema o en el estilo colectivo, en la calidad de los jugadores; en su capacidad para dar sentido a la posesión de la pelota y en su solvencia para terminar las acciones ofensivas que se elaboran. Y eso, en la Selección Mexicana, en el Real Madrid o en el Sacachispas de Tingüindín, Michoacán, no pasa por las instrucciones del entrenador.

Así que…

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