-¿Despoblamiento?
Además de que, como dijo el coordinador del INEGI en Jalisco, Odilón Cortés Linares, “no es nuevo” el fenómeno de la despoblación de Guadalajara, también vale señalar, primero, que se trata de un proceso natural; segundo, que no debe ser motivo para activar las alarmas y encender las luces amarillas; y tercero, que, bien visto, es algo muy, muy relativo.
Mire usted...
-II-
La población de Guadalajara ha decrecido gradualmente en lo que va del siglo: del millón 646 mil 319 habitantes que había en el año 2000, al millón 385 mil 629 estimados actualmente...
Ahora bien: según el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), se calcula que al celebrarse el Día Mundial de la Población, el próximo domingo 11 de julio, la población de Jalisco sea de ocho millones 411 mil 863 habitantes; la del Área Metropolitana de Guadalajara, de cinco millones 220 mil 443. Esos números indican, por decirlo en lenguaje coloquial, que la población de Guadalajara, sin haberse reducido, simplemente se ha desparramado. Que si Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y demás municipios actualmente conurbados estaban relativamente distantes de Guadalajara cuando ésta llegó al millón de habitantes (en 1966), todos esos antiguos poblados fueron absorbidos por aquélla y pasaron a integrar su actual Zona Metropolitana.
En términos prácticos, el crecimiento demográfico de la hoy Zona Metropolitana de Guadalajara se mantiene, y la misma sigue siendo un importante polo de atracción para los habitantes de otras poblaciones de Jalisco y aun de otras entidades. Por lo demás, los residentes en cualquiera de los municipios actualmente conurbados se consideran, para efectos prácticos, habitantes de Guadalajara... aunque política o burocráticamente no lo sean.
-III-
En todo caso, el despoblamiento de Guadalajara implica otros fenómenos: la despersonalización de los barrios; el deterioro de las relaciones entre los vecinos, de la calidad de los servicios públicos -aseo, seguridad, parques y jardines, escuelas, mercados, etc.- y de la calidad de vida de sus habitantes merced a la contaminación ambiental, la delincuencia, el envejecimiento de las infraestructuras vial e hidrosanitaria, etc.
¿Es plausible la intención de revertir ese fenómeno? Probablemente sí, considerando que muchas ciudades en el mundo lo han hecho... ¿Es posible? Desde luego, si la ciudad se renueva; si vuelven a ser habitables las casas de los abuelos de las actuales generaciones, y que por incuria de los propietarios y falta de visión de autoridades y agentes inmobiliarios, han sido condenadas al envejecimiento, el abandono y la ruina actuales.
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