* David y Goliat
Los tópicos podrán aferrarse a la supremacía histórica de Brasil, o insistir en que “al final gana Alemania”. En todo caso, a reserva de lo que suceda el domingo, para el futbol es un suceso refrescante que el Mundial en curso tenga una final inédita... y que pudiera haber una rotunda novedad en el elenco de los campeones.
De haberse cumplido los pronósticos que asignaban a Alemania, Brasil, España y Francia los roles de grandes favoritos, la historia, sin perjuicio de la calidad de los contendientes, invitaría a muchos observadores a suscribirse a la frase consabida:
-Ya la vimos…
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Croacia, como país, tiene una larga y conflictiva historia cuyos orígenes se remontan al Siglo II A. C.; es una historia pletórica de complejas y añejas implicaciones étnicas, religiosas y políticas, que culminó con la declaración de independencia en 1991.
Croacia, en lo futbolístico, para muchos aficionados bisoños puede constituir una presencia sorpresiva en la instancia a que llegó por derecho propio, dejando en el camino a adversarios de más fuste como Argentina en la primera ronda, Dinamarca en Octavos, Rusia en Cuartos de Final (los dos anteriores en series de penales) e Inglaterra en Semifinales. Para quienes ya tienen más años de vuelo, su gesta remite a los tiempos en que la antigua Yugoslavia, con el serbio Milos Milutinovic-hermano de Bora- como su jugador insignia, participó en los Mundiales de Suiza 54 y Suecia 58, o a la que consiguió el cuarto lugar en el Mundial de 1962, en Chile, con Dragoslav Sekularak como su figura sobresaliente.
Ya como Croacia, en el Mundial de Francia 98 tuvo una participación más que decorosa. Llegó a Semifinales, donde perdió precisamente ante Francia por 2-1, y terminó en tercer lugar venciendo a Holanda por ese mismo marcador. Previamente había dejado en el camino a Rumania (1-0) en Octavos y a Alemania (3-0) en Cuartos de Final.
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La suya ha sido, pues, una presencia frecuente en los Mundiales. De los recientes sólo faltó al de Sudáfrica 2010. Calificado como “el equipo Cenicienta” del torneo en curso, porque llegó mucho más lejos de donde habían previsto los expertos, también ha merecido que se le asigne, de cara al duelo decisivo, el rol de David, en tanto que a Francia se le asigna el de Goliat.
Cristianos por tradición, los croatas confían en reeditar la historia de que da cuenta la Biblia…