* Chayote caliente
Tomás Boy, a semejanza de los guajolotes, se murió -simbólicamente- la víspera…
Los dueños de la pelota vislumbraron que estaba prácticamente descartado el milagro de que el errático Guadalajara actual consiguiera una victoria retumbante ante el América, mañana. De ahí que anticiparon la decisión de dar por cerrado el ciclo del “Jefe” como timonel, y de poner en las manos de Luis Fernando Tena ese chayote caliente.
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Resquebrajado como estaba, el Guadalajara se derrumbó el martes. El cuarto gol del Pachuca -pelotazo sin ton ni son al área, despeje de Barreiro, prolongación de Guzmán, salida calamitosa de Gudiño, galopada de Jara y rúbrica de Cardona- dio la puntilla (2-4) a unas “Chivas” que aún con el marcador adverso (2-3) parecían rebelarse ante el destino y alimentaban la esperanza de levantarse de la lona.
El “¡Fuera Boy!”, himno de la turba desde hacía varias semanas, alcanzó resonancias de sentencia de la “vox populi”. Ese cuarto gol acabó con el poco crédito a la palabra que aún le quedaba al entrenador. Lo dejó sin autoridad moral ante el plantel y sin argumentos ante los dirigentes.
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Sería injusto imputar a Tomás la culpa de la debacle. Al contrario: Boy fue un valiente al aceptar el reto de colocarse en el puente de mando de un barco cuya cubierta hacía agua por todos lados y cuya máquina daba claras señales de estar desbielada… aunque es probable que también fuera un iluso al sentirse capaz de sacarlo de una crisis ocasionada por los errores de sus dirigentes y que alcanza ya cuatro torneos de caída libre, disfrazados por tres títulos de medio pelo: la Copa Apertura-2016, la Supercopa 2015-16 y la Liga de Campeones Concacaf 2018.
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Ni el historial ni la personalidad de Luis Fernando Tena, su relevo, son garantía de nada…
Sus títulos -uno con Cruz Azul, otro con Morelia, más el oro con la Selección Mexicana en los Juegos Olímpicos de 2012- son historia antigua. Si los de Enrique Meza, que son más, fueron insuficientes para salvar al Veracruz, difícilmente los del “Flaco” revitalizarán a las “Chivas”.
En cuanto a su personalidad, Tena es más serio; menos proclive que Boy a la pose y a la polémica… Pero, a semejanza de Tomás, tampoco él tiene diplomas que lo avalen como el hacedor de milagros que con su sola presencia consiga reconciliar a las “Chivas” con su antigua grandeza.