* Cazar con gato
Como la Selección mexicana ligó cuatro victorias en los primeros partidos -amistosos todos- de la aún incipiente “era” de Gerardo Martino como entrenador, y como parece muy factible que esa racha positiva se prolongue a siete en la primera ronda de la Copa Oro, porque Cuba, Canadá y Martinica no parecen tener los tamaños suficientes para aspirar a ponerle el cascabel al gato, no han faltado los audaces que, a partir de esos hechos, ya cuelgan al “Tata” calificativos laudatorios a granel…
(Diría el pariente: “de ‘genio’ p’arriba”).
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La relación entre Martino y el “Tri”, obviamente, se encuentra en plena luna de miel. Principalmente, porque se resolvieron exitosamente los dos primeros “amistosos” que, por los antecedentes, implicaban cierto grado de peligrosidad; las victorias sobre Chile y Paraguay -la primera, sobre todo- disiparon algunos fantasmas históricos que rondaban por ahí. Las más recientes, sobre Venezuela y Ecuador, porque eran más o menos previsibles, por la modesta jerarquía de los rivales… aunque las ausencias de varias “figuras” (Vela, “Chicharito” Hernández, “Chucky” Lozano, Herrera, “Tecatito” Corona y Layún), por lesiones, cansancio o motivos personales, encendieron algunas luces amarillas.
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Martino, hasta ahora, se ha manejado con el profesionalismo y el sentido común como banderas… Profesionalismo, porque cualquier entrenador que se precie sabe -la frase es de Ney Blanco- que “si no puedes cazar con perro, tienes que aprender a cazar con gato”. Sentido común, porque, lejos de desgarrarse las vestiduras por la contrariedad que pudieran significar ausencias como las señaladas, el “Tata” ha enfocado el tema desde la perspectiva del vaso medio lleno: las plazas que los consagrados dejan vacantes, se pueden llenar con jugadores que de otra manera no tendrían oportunidad de demostrar su capacidad.
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Más allá de que tanto los dirigentes de la Selección como el propio Martino calificaron de válidas ausencias como las de Corona o Layún, motivadas por lesiones, o las de Herrera y Lozano, por cansancio, y de considerar respetables las de Vela y el “Chicharito”, que adujeron motivos personales, hay consenso, hasta donde alcanza a apreciarse, en que quizá Lozano y Herrera sean las dos ausencias de mayor peso específico, aunque ninguno de los dos pertenece al género de los cracks ni a la especie de los indispensables.
Además de que la Copa Oro, en efecto -salvo prueba en contrario-, se presta para cazar con gato...