* Cartas ocultas
El mismo derecho que tiene Zlatko Dalic, técnico nacional de Croacia, a ocultar sus cartas para el encuentro amistoso de hoy ante México, lo tiene Juan Carlos Osorio, timonel del “Tri”, para suscribirse a sus acostumbradas “rotaciones” y abstenerse de incluir en su alineación inicial a varios de los jugadores que, a despecho de su filosofía, podrían ser considerados como titulares.
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Cada entrenador es libre de confeccionar sus alineaciones como le dé su regalada gana. Cuando se trata de disputar partidos formales, en los que va algo serio de por medio, lo normal es que se eche mano de los mejores elementos, considerando los aspectos físico, futbolístico, anímico y demás. Cuando se trata de encuentros amistosos, como los de la Fecha FIFA que disputan todas las selecciones que participarán en el Mundial que arranca dentro de 80 días en Moscú, los responsables de esas escuadras tratan de manejar tres situaciones: por una parte, ver lo más posible de los recursos futbolísticos de escuadras a las que ya en el Mundial pudieran enfrentarse; por otra, hacer algunos avances en los aspectos de táctica y estrategia; por la otra, esconder su propio juego en la medida de lo posible, considerando que estos partidos son propicios para el espionaje.
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La rabieta de Osorio porque su colega de Croacia anunció expresamente su intención de prescindir de siete titulares para el partido de esta noche (el portero Subasic, los mediocampistas Modric, Kovacic, Perisic y Brozovic, y los atacantes Manzukic y Kalinic), se explica porque quizá las formas no fueron las más ortodoxas.
Si Dalic hubiera dejado a esos jugadores en la banca, sin utilizarlos siquiera como reemplazos, su decisión hubiera sido irreprochable: tanto como la de Osorio al utilizar una alineación diferente a la empleada en el partido del viernes ante Islandia… y diferente, quizá, a la que ya debe estar cocinando para el primer partido del Mundial, ante Alemania.
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En todo caso, por más medidas que se tomen para tratar de tomar ventajas y de no dar a cambio las que los potenciales adversarios quisieran, en el futbol moderno es casi imposible esconder cartas en la manga.
Si alguien lo sabe es precisamente Osorio; por metódico… y porque sus sistemáticas “rotaciones” llevan implícita la intención de guardarse lo mejor posible la fórmula de sus venenos, para evitar que los eventuales rivales alisten los correspondientes antídotos.