* Campanadas
Que ocurriera la coincidencia de que Hirving Lozano, Héctor Herrera y el “Tecatito” Corona se retrataran en el marcador, ayer, en los partidos que sus equipos disputaron dentro de la Champions League, tuvo como consecuencia que un sector de la prensa mexicana echara a vuelo las campanas y diera el rango de “histórica” -con mayúsculas... y eventualmente entre signos de admiración- a la fecha en que ocurrió semejante portento.
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Por supuesto, hay abundantes antecedentes de episodios similares. No precisamente porque varios jugadores mexicanos anotaran en la misma fecha con sus diferentes equipos, pero sí porque se sobredimensionaron algunos de sus logros…
Fue el caso, varias veces, de Hugo Sánchez en sus mejores años en el Real Madrid. Sus goles, ciertamente, lo convirtieron en protagonista de muchas jornadas triunfales del cuadro “merengue”, del que no es un secreto que siempre se ha esmerado en tratar de ser reconocido, por obra y gracia de sus títulos, como el mejor equipo del mundo… Sin embargo, aunque es indiscutible que Hugo ocupa un lugar privilegiado en el historial del equipo, sería necio ponerlo a la altura, por ejemplo, de Alfredo Di Stéfano y Cristiano Ronaldo que han sido las estrellas más refulgentes de la “Casa Blanca”.
Fue el caso, varias veces también, del “Chicharito” Hernández. Sus primeros logros con el Manchester United lo convirtieron en la promesa de una reedición de Hugo; algunos de los pocos goles conseguidos en su efímero paso por el Real Madrid, por lo consiguiente; su aparente reconciliación con el gol, en Alemania, con el Bayer Leverkusen, más la circunstancia de haberse convertido en el máximo goleador histórico -aquí sí queda el adjetivo a la medida- de la Selección Mexicana de Futbol, fueron motivo suficiente para dedicarle no pocos monumentos verbales. Monumentos cuyos pedestales han sido grafiteados -valga la expresión- por las rachas de apariciones esporádicas y de goles cada vez más ocasionales que han sido la tónica de los últimos años.
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Lozano en el PSV Eindhoven y Herrera -más que Corona- en el Porto, en efecto, parecen haber encontrado en esos equipos su nivel de competencia. Habrá que ver si lo mantienen… y si tienen la sensatez necesaria para mantener los pies en la tierra, sin dar oídos al canto de las sirenas que conduzcan sus carreras -como a otros les ha sucedido- a su nivel de incompetencia.