Ideas

- Tormentoso Domingo

Si Plácido Domingo ha pedido perdón; si ha asumido plena y públicamente “toda su responsabilidad” por los actos que se le imputan; si ha expresado que lamenta “el dolor” que pudo haber causado a las mujeres que aportaron su testimonio; si ha ofrecido, en fin, luchar en lo sucesivo por evitar que en el mundo del arte se sigan perpetrando ofensas y humillaciones en contra de las mujeres y casos de abusos de poder como los que a él mismo se le atribuyen, es, cierta y necesariamente, porque hubo pecado. Un pecado que ahora mismo le pasa la factura de la penitencia.

Ayer, la gloria con todas sus implicaciones: fama, riqueza, prestigio… Hoy, la expiación de la culpa, con todas sus dolorosas secuelas.

-II-

Lo que en el apogeo de su carrera era -como en el aria de La Calunnia, de El Barbero de Sevilla- “un vientecillo, una brisa gentil”, ha derivado en “una esplossione, come un colpo di cannone” (una explosión, como un golpe de cañón) al difundirse el resultado de la investigación abierta el año pasado por el sindicato de músicos de ópera de Estados Unidos tras una publicación de The Associated Press; una investigación cuyos resultados, para más inri, los abogados del propio tenor intentaron acallar mediante un “arreglo” por medio millón de dólares.

Un día después de publicarse el resultado de la investigación, en la que participaron decenas de supuestas víctimas y concurrieron diversos testimonios, vinieron las reacciones: la cancelación de compromisos por parte del Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela de Madrid, y el retiro de distinciones como la de haber puesto su nombre al Centro de Perfeccionamiento del Palau de les Arts de Valencia… más lo que se acumule más adelante.

-III-

Sin que deje de reconocérsele como “uno de los mejores tenores de la historia” y como uno de los mayores impulsores actuales del bel canto -de “Operalia”, creación suya, hay surgido decenas de voces que ya sobresalen en el mundo del arte-, a Domingo se le pasa la dolorosa factura de que, en palabras de la vicepresidenta del gobierno valenciano, Mónica Oltra, “no es un ejemplo a seguir, por muy bien que cante ópera, (ya que) la calidad profesional debe ir también ligada a la ejemplaridad humana, y en este caso no se dan estas circunstancias que ahora mismo se han confirmado”.
Colofón: “Sic transit gloria mundi” (así pasa la gloria del mundo).
 

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