- Toquemos madera...
Si pudiera tenerse la certeza de que en Guadalajara no volverá a haber temblores, o de que todos los que ocurran en los años y los siglos venideros serán leves, menos mal. Pero como nones...
-II-
Se comprende la preocupación del procurador de Desarrollo Urbano de Jalisco, Carlos Romero Sánchez; el secretario de la Fundación Paseo Alcalde, presbítero Tomás de Híjar, y otros representantes de la sociedad civil y de la Iglesia Católica, al realizar un recorrido por el Santuario de Guadalupe, la iglesia de San José de Gracia, la Catedral de Guadalajara y El Sagrario Metropolitano anexo, para tomar nota de (y hacer pública su preocupación por) las afectaciones que las obras del túnel de la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano que corre bajo el Centro de la ciudad ocasionaron en dichas construcciones.
Dichas afectaciones, cuidadosamente documentadas, se suman a las de la iglesia de San Francisco, la Casa de los Perros (hoy Museo del Periodismo) y 48 fincas aledañas. Entre estas últimas destaca el Edificio Plaza -frente a la Plaza de Armas y Palacio de Gobierno -, precaria y grotescamente “apuntalado” desde hace dos años y desalojado hace unas semanas como hotel, al igual que los locales comerciales que operaban en el Portal.
El inventario de los daños se difundió ayer, a través de los medios. Se trata, por lo demás, de un inventario superficial, que incluye grietas, hundimientos, roturas en los bajantes, resquebrajamiento de losetas, etc., perceptibles a simple vista.
-III-
Faltaría realizar un análisis más meticuloso, más extenso y más profundo, para determinar si ha habido averías en cimientos o drenajes, así como su gravedad.
Faltaría asimismo que las dependencias gubernamentales que participaron en “la obra del sexenio” -como se le cacareó al anunciarse su construcción, a principios del sexenio pasado- realicen esos estudios, determinen las correspondientes medidas remediales y se aboquen a implementarlas.
Es imperativo, por lo demás, que lo hagan a la brevedad posible, porque, salvo que pudiera extenderse a los sismos el “patronazgo jurado” de la Virgen de Zapopan “contra rayos, tempestades y epidemias” -vigente desde 1734, al decir de los entendidos- a favor de los sufridos moradores de estos dilatados territorios, podemos tener la certeza de que en Guadalajara volverá a temblar... pero no podemos tenerla de que las emblemáticas construcciones de referencia, ostensiblemente dañadas y probablemente debilitadas en sus estructuras, vayan a resistir, o de que no vayan a ocasionar, llegado el caso -toquemos madera...- una tragedia.
jagelias@gmail.com