- Regateo
La declaración del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, de que “con voluntad de servicio, imaginación y voluntad política” -en otras palabras “una poca de gracia y otra cosita”- puede llevarse a cabo el ejercicio de revocación de mandato programado para el año próximo, es -de entrada-, una opinión personal; de ninguna manera un anticipo de la resolución que el pleno de la misma emita, una vez que sus once miembros ponderen los argumentos del Instituto Nacional Electoral (INE), en el sentido de que se requieren más de tres mil 800 millones de pesos y nos los poco más de 830 millones que les asignó la Cámara de Diputados en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2022.
-II-
Las posiciones antagónicas en ese regateo son del dominio público... aunque quizá pocos ciudadanos tomen partido.
En una esquina, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, ha explicado que, por ley, la consulta, con las mismas casillas, implementos similares y el mismo número de personas que una elección ordinaria, implica costos parecidos; que los fondos de los fideicomisos del INE están etiquetados para otros fines, y desviarlos implicaría violar la ley. En la otra, el Presidente López Obrador insiste en recomendar “austeridad republicana”. Zaldívar, en concordancia con esa línea, instó al INE a “hacer más con menos”.
La última palabra la dirá el pleno de la Corte, una vez que analice la controversia que en ese sentido promoverá el INE.
-III-
En lo que son peras o manzanas, han habido otros pronunciamientos sobre el tema. Por ejemplo, el del vocero de la arquidiócesis de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego Rivera, en el sentido de que “se está gastando dinero en cosas que no son necesarias”; que “nadie necesita (...) la famosa revocación (...), que ahora va a ser ratificación de mandato”; que los cientos o miles de millones de pesos que se gastarán en ella serán un dispendio; que “no interesa que (López Obrador) salga anticipadamente del cargo (sino) que haga bien las cosas y cumpla con el período que marca la Constitución”; y, en fin, que los enfermos o los niños con cáncer que necesitan medicinas que sus angustiados padres solicitan y no reciben, podrían beneficiarse con el dinero -sean miles o sean sólo cientos de millones- que se gastarán en ese ejercicio probablemente ocioso.
Colofón: Como dijo alguna vez Don Gabriel Covarrubias Ibarra (qepd): “¡Qué fácil es gastar el dinero... cuando no es de uno!”.
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