- (Re)conciliar
Vaya: una voz sensata...!
Lo más fácil hubiera sido tomarle la palabra al Presidente: “O estás conmigo, o estás contra mí; y si estás contra mí, eres, ipso facto, un traidor a la Patria”.
Felizmente, en medio del clima de polarización que el Presidente López Obrador se ha esmerado laboriosamente en generar en el país desde el primer día de su mandato -sin entender que debe gobernar para quienes votaron por él... y para quienes no lo hicieron- y que se intensificó el domingo a raíz del “palo” de la Cámara de Diputados a su iniciativa de Reforma Eléctrica, el senador Ricardo Monreal ha hablado en nombre de la moderación y la cordura...
-II-
En vez de sumarse a las hordas que, excitadas por el despecho, decidieron exhibir a los supuestos “traidores a la Patria”, el coordinador de la bancada de Morena en el Senado hizo un llamado a no quemar puentes; a respetar una resolución legítima y democrática: legítima porque se dio en el marco de la ley; democrática porque en ese régimen impera la premisa de aceptar lo que decida la mayoría... aunque no se esté de acuerdo o se haya votado en un sentido diferente.
Monreal dio una cátedra de señorío al aceptar respetuosamente la derrota de su fracción en el debate parlamentario que concluyó el domingo; dio una cátedra de sensatez política al señalar que “en un parlamento se tienen diferencias (...) porque un parlamento representa la pluralidad del país, y no todos pensamos igual”; dio una cátedra de sentido común al afirmar que “aunque se enojen en Morena”, es necesario hacer bloques con la oposición “para enfrentar los grandes desafíos que México presenta actualmente”; dio una cátedra de calidad política y humana al pronunciarse contra el encono y el odio, y a favor de la reconciliación: “¿Cómo, si les escupo y los insulto, les pido que se sienten conmigo...?”.
-III-
La supuesta traición a la Patria consiste en que, frustrada la iniciativa de reforma eléctrica, empresas extranjeras -como hacen miles en el mundo, mexicanas incluso, en todos los terrenos-, respetando las reglas que imponga el Gobierno, puedan participar en la comercialización de la electricidad.
Lamentablemente, actitudes acordes con verbos como conciliar, armonizar y respetar, no están en el ADN del pendenciero protagonista de desplantes como la autoproclamación de “presidente legítimo” y autor de expresiones como “¡cállese. Chachalaca...!”, “¡al diablo las instituciones...!”, “¡a mí no vengan con que la ley es la ley...!”, etc.