Ideas

- Piedras en el zapato

Si el Caso Ayotzinapa fue -valga la expresión- la piedra en el zapato por excelencia en la recién concluida administración federal, Los Trailers de la Muerte fueron el equivalente para la administración estatal que ayer cerró su ejercicio.

No fue, ciertamente, el único rubro en que, lejos de reducirse, se incrementaron rezagos acumulados desde sexenios anteriores. La cada vez peor movilidad urbana -acentuada por el reciente incremento en las tarifas del transporte público- sería otro de los más sensibles para la población. Pero si en este último se apuesta a la ilusión de que la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano (aún en obra) aportará, en su momento, una mejoría significativa, en el otro capítulo es difícil alimentar demasiadas esperanzas de que suceda otro tanto.

-II-

El caso de los 444 cadáveres que anduvieron -literalmente- como ánimas en pena durante muchos meses, evidenció deficiencias notorias e incluso escandalosas de los aparatos encargados de la administración de la justicia. La insensibilidad ante la muerte y la falta de pericia y decoro en el manejo de los cadáveres no es, con todo, la mayor de tales deficiencias. La incompetencia para resolver los presuntos crímenes que están detrás de los “macabros hallazgos” que en todo el estado, pero muy señaladamente en Guadalajara y municipios conurbados, se registran -consignan las estadísticas- a razón de cuatro al día, ha sido (y sigue siendo) la mayor.

-III-

La organización Impunidad Cero, con los pelos pardos de la burra en la mano,  otorga a la Fiscalía de Jalisco el nada honroso último lugar, a nivel nacional, en materia de eficacia. Subraya (EL INFORMADOR, XII-5-18, p. 2-A) que “de cada 20 carpetas de investigación (de delitos denunciados) que se integran, sólo una se resuelve”. El informe señala asimismo que cada agente del Ministerio Público, a nivel nacional -donde está probado que la eficiencia tampoco es su principal virtud- maneja, en promedio, 172.2 carpetas de investigación; en Jalisco maneja 298.9 (casi el doble), con los vergonzosos resultados que están a la vista.

El clamor generalizado de indignación desatado por los Tráilers de la Muerte, a mediados del año, se atenuó por la premura con que se trató de “echarle tierra” al asunto, dándoles una sepultura más o menos digna… Lo más grave, empero, sigue siendo la incapacidad de los responsables de (dizque) procurar justicia, para ir más allá, en el mejor de los casos (60 de los 444 cadáveres que fueron noticia), de identificar a las víctimas.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando