Ideas

- Paseo Alcalde

No solo el camino del infierno: también la fisonomía de Guadalajara -y el entorno de sus sufridos habitantes- está llena de “buenas intenciones” que de ahí, por desgracia, no han pasado...

El “Paseo Alcalde”, por ejemplo.

-II-

Es verdad que en la antigua Avenida -asfixiante, contaminada, ruidosa, siempre pletórica de autobuses urbanos...-, reconvertida en andador por la administración municipal anterior a raíz de la construcción del túnel de la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano, hay espacios que han ganado en dignidad y resultan amables, disfrutables para vecinos y visitantes.

Un recorrido por el supuesto “Paseo” muestra un rostro muy diferente al que anunciaban las autoridades y al que pretenden configurar las personas...

Sin embargo, un recorrido por el supuesto “Paseo” muestra un rostro muy diferente al que anunciaban las autoridades y al que pretenden configurar las personas -encabezadas por el padre Tomás de Híjar, capellán de la iglesia de Santa Teresa e incansable promotor de la cultura- que dieron vida a un “patronato” animado por la intención (buena, obviamente) de que -en palabras del propio padre De Híjar- “su vocación sea la cultura y la vida familiar, y no se corrompa con elementos que pudieran ser adversos a la (referida) vida familiar”, y a la ulterior buena intención -una más...- de que “Guadalajara ofrezca al mundo (!) un corredor cultural que tenga en sus 2.5 kilómetros -desde la Normal hasta las iglesias de San Francisco y Aránzazu -opciones para la recreación, el humanismo y el humanitarismo” (EL INFORMADOR, VII-9-21).

El alcalde electo de Guadalajara, Pablo Lemus, concuerda con los dirigentes del patronato (ibid.) en que se elabore un reglamento orientado “a evitar que antros, bares y afines se establezcan” y hagan del Paseo una réplica -exitosa en lo económico pero muy cuestionable en lo social y en el impacto ambiental del entorno- de la Avenida Chapultepec, considerada “la cantina más grande de Guadalajara”.

-III-

Además de que hay indicios de que la “buena intención” de promover actividades culturales en el Centro de Guadalajara tendría que imponerse, por las vías del convencimiento y el sano contagio, a un entorno social apático (por no decir alérgico) a las manifestaciones estéticas -la música, el teatro, la lectura...-, faltaría puntualizar si la vocación “humanitarista” incluye que bancas, mesas y jardineras del Paseo se conviertan -como sugieren las apariencias y consigna “Notisistema” (VIII-18-21)- en feudo de los indigentes que -en pleno ejercicio de sus derechos humanos, por lo demás, porque ni ser paria ni la “portación de cara” son delitos- deambulan, duermen, ensucian, comen y descomen por la zona.

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