Ideas

- Otra aspirina

De obras civiles como la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara que en breve entrará en operación -¡aleluya...!-, puede decirse lo mismo que de los libros: “Ni los hay tan buenos que no tengan algo de malo..., ni tan malos que no tengan algo de bueno”.

-II-

Para quienes quisieran explicaciones convincentes sobre las causas del retraso, el encarecimiento y otras cuestiones un tanto nebulosas relacionadas con “la obra del sexenio” (de Enrique Peña Nieto), una buena noticia: es probable que sus inquietudes sean atendidas... el Día del Juicio, pero ya en la tarde (si no llueve).

En tanto, quedan otras asignaturas pendientes. A saber:

1.- Las medidas que se tomen para reparar los serios daños que, a raíz de la construcción del túnel que cruza el Centro de Guadalajara, resintieron el templo de San Francisco (cerrado al culto), el Santuario de Guadalupe, la Casa de los Perros o el Edificio Plaza (frente a la Plaza de Armas).

2.- Las afectaciones a fincas vecinas o aledañas a las calles Pedro Loza y Mariano Bárcena y el perjuicio a la calidad de vida de sus moradores, a consecuencia del desvío de las rutas del transporte público que circulaban por la Avenida Alcalde.

3.- La recuperación de los giros comerciales que cerraron a raíz de las obras, y la implementación del prometido programa de actividades culturales y recreativas acordes con la reconversión de la Avenida en “Paseo” Alcalde.

4.- Los prometidos rescate y dignificación del subterráneo de la Plaza Guadalajara.

5.- La reestructuración integral del transporte público, promesa de campaña de la administración anterior, incumplida so pretexto de las obras en comento.

-III-

Es probable que todas las bondades que tanto el discurso oficial como las apologías oficiosas han dedicado al modelo que en breve comenzará a operar, correspondan a la realidad: que es el más moderno de México; que es “de Primer Mundo”...

La cacareada Línea 3, efectivamente, aliviará un tanto los problemas de movilidad que aquejan a la Zona Metropolitana de Guadalajara, acrecentados notoriamente en las últimas décadas a despecho de la operación de las dos primeras líneas y de otros sistemas (trolebús, Si-Tren, etc.). Sin embargo, es muy probable que la experiencia demuestre que no será, ni remotamente, la solución prometida por las autoridades, ni la deseada por los sufridos ciudadanos...

En otras palabras, que no pasará de ser una aspirina (una más) para el cáncer que padece la otrora “Ciudad Amable”.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando