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- "Gobierno represor"

Es la clásica “carambola hecha”: el desalojo de los ejidatarios que habían tomado el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, por parte de la Guardia Nacional y con apoyo de corporaciones policiacas estatales, propiciará, casi seguramente, que los afectados por esa medida reviren con la aseveración de que fueron víctimas de un “Gobierno represor”.

-II-

Tanto marchas (como las que frecuentemente se realizan en la Ciudad de México, lo mismo de policías que de agrupaciones de la llamada “sociedad civil” en demanda de verdad, paz, justicia y similares); manifestaciones (como las que en Guadalajara protestan por la ineficiencia de las autoridades para resolver las “desapariciones” de personas), o “plantones” (como los que inmovilizaron, durante semanas, a principios de la actual administración, los ferrocarriles en el Estado de Michoacán…, o como los de los mismos ejidatarios desalojados del Aeropuerto Miguel Hidalgo), son, en esencia, reacciones ante supuestos abusos o torpezas de la autoridad.

En el caso en comento, hay un añejo litigio de por medio; tan añejo que data de hace medio siglo, cuando se construyó la terminal aérea sobre terrenos ejidales. La situación jurídica de los predios y la modificación de los valores –incluidas devaluaciones, actualizaciones, transformaciones monetarias, etcétera– dificulta, en efecto, la resolución del conflicto. Aun así, se supone que el país cuenta con la estructura jurídica adecuada para agotar las instancias que en términos de razón y justicia –más allá de la letra de la ley– parecerían suficientes para zanjar la disputa… aun en el entendido de que difícilmente el desenlace de una controversia deja conformes a las dos partes enfrentadas.

-III-

El caso es que, aun siendo válida la protesta, porque hay motivos para ella, la medida tomada tiende a evitar, en palabras del gobernador del Estado, que se afecte “una instalación estratégica de la ciudad y del Estado”, que puedan entorpecerse las proyectadas obras de ampliación, y que se siga afectando el funcionamiento del aeropuerto.

Reprimir significa “contener por la fuerza el desarrollo de algo”… pero también –la historia es pródiga en ejemplos–, peyorativamente, alude a las acciones realizadas desde el poder “para contener, detener o castigar con violencia acciones políticas o sociales”, y no tanto para preservar la paz y el orden público y salvaguardar los derechos de terceros. De ahí que la autoridad, al actuar como en el caso, queda como “el cohetero”: si los cohetes se seban, le pitan; y si truenan muy fuerte… también le pitan.

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