- Faltó una C
Si es cierto -como dijo alguna vez Eugenio Ruiz Orozco cuando fue alcalde de Guadalajara- que “la política es el arte de hacer posible lo deseable”, se supone que la calidad de vida de los habitantes de la otrora “Perla Tapatía” y sus cada vez más desparramados alrededores, mejorará conforme avancen los programas orientados a privilegiar el transporte público sobre el automóvil particular.
Pero -con la venia de Jack el Descuartizador- “vámonos por partes”...
-II-
La transportación es una necesidad básica -casi como los consabidos casa, vestido y sustento- para los habitantes de una ciudad. Las distancias obligan a recurrir, en la gran mayoría de los casos, a vehículos motorizados. Cuando las personas que deben transportarse de sus casas a sus escuelas o trabajos y viceversa son tantas como las que se concentran en las grandes ciudades, los medios que emplean se vuelven armas de dos filos: cumplen con su función específica (el lado bueno)... pero congestionan las vialidades -lo que ralentiza, entorpece y prolonga los desplazamientos- y contaminan el medio ambiente (el lado malo).
Adicionalmente, el transporte público se vuelve inseguro por cuanto sus usuarios pueden ser objeto de vejaciones -las mujeres, sobre todo- o víctimas de delitos; robos, principalmente. En la capital del país, por ejemplo, los asaltos en las unidades de transporte urbano y suburbano se han vuelto demasiado comunes, al punto que las autoridades aplican “operativos” (de dudosa eficacia, porque las conductas que se pretende erradicar, persisten) para contenerlos.
-III-
Ayer, EL INFORMADOR consignaba dos noticias: una, que desde el jueves pasado -y ya “desde endenantes”- se han activado “contingencias ambientales” por la mala calidad del aire en las colonias Miravalle y Santa Fe, al sur de la Zona Metropolitana de la ciudad -Guadalajara, obviamente- cuyas autoridades tuvieron la desfachatez de difundir que recibieron un “reconocimiento” internacional por sus buenas intenciones en materia ambiental, que supuestamente darán frutos... en 2030; otra, que en Jalisco, de enero a octubre, se habían denunciado 282 robos -casi uno diario en promedio- en el transporte colectivo.
Esta última nota se complementaba con el dato de que, por disposición oficial, las unidades de transporte público deben estar dotadas de cámaras... con la canija salvedad de que dichas cámaras no están conectadas al rimbombante C5.
(Para quien quiera saberlo, C5 significa “Centro de Coordinación, Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo del Estado”. Salvo prueba en contrario, le falta una C: la de Carabina... en alusión a la celebérrima de Ambrosio).
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