- Damnificados
Todo mundo quiere que el camión pase por la esquina… pero nadie quiere que pase frente a su casa. Se comprende: lo primero es muy cómodo; lo segundo, una monserga.
Al margen del creciente –y, quizá, justificado— cacareo de la “h.” autoridad municipal con respecto a los beneficios que reportará a la imagen de Guadalajara y a vecinos y visitantes del Primer Cuadro la transformación de la Avenida en Paseo Alcalde, está el tema –soslayado sistemáticamente en los boletines oficiales— de los daños colaterales…
-II-
Es probable que los vecinos de las calles Contreras Medellín, en un sentido, y Liceo, en el otro, sigan soportando la carga vehicular de la que se liberó a la Avenida Alcalde
Si al caso aplica, como a tantas cosas de la vida, la Tercera Ley de Newton, según la cual “a toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección pero de sentido opuesto”, resulta comprensible que así como habrá beneficiarios, también habrá damnificados a raíz de la metamorfosis en curso; que si los vecinos del futuro Paseo Alcalde ganarán porque se les liberará del ruido incesante y la contaminación que generaban los cientos de miles de automóviles y sobre todo el río de camiones urbanos que la circulaban durante 18 de las 24 horas del día, los afectados, para mal, serán los vecinos de las calles hacia las que se desviaron las rutas del transporte urbano. Para estos últimos no vale la promesa de que una vez que empiece a funcionar la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano, ésta resolverá buena parte de la demanda de ese servicio, toda vez que es previsible que la mayoría de las rutas de camiones que circulaban de norte a sur y de sur a norte por el Centro de la ciudad, lo seguirán haciendo, en calidad de rutas alimentadoras del tren. En consecuencia, es probable que los vecinos de las calles Contreras Medellín, en un sentido, y Liceo, en el otro, sigan soportando la carga vehicular de la que se liberó a la Avenida Alcalde.
-III-
Las notas periodísticas de ayer, en varios medios locales, destacaban las incomodidades, afectaciones y perjuicios que ya sufren los vecinos de esas calles: pavimentos agrietados, banquetas destruidas, construcciones agrietadas, suciedad e inseguridad crecientes…
Si las perspectivas para los vecinos de Alcalde son bonancibles, para los de algunas calles aledañas no lo son tanto, especialmente si en la primera –como dijo alguna vez el presidente municipal, Enrique Alfaro— se replica (para bien… y para mal) el modelo de la Avenida Chapultepec. Alguien tendrá que salir raspado para que otros ganen.
Después de todo, es la ley de la vida.