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- Cabezas perdidas

En “La Cabeza Perdida de Damasceno Monteiro”, Antonio Tabucchi refiere el hallazgo -ficticio, vale subrayarlo- de un cadáver decapitado. Un periodista investiga, y descubre que la víctima es un joven que intenta robar para ganar dinero y mudarse de Portugal a Brasil. Sin embargo, sus aspiraciones se frustran, y acaba asesinado... Los críticos creyeron encontrar en la novela del escritor -italiano de origen, fallecido hace ocho años, varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura- la desoladora moraleja de que quien intenta superar su condición, pierde la cabeza... como le ocurrió a Damasceno.

-II-

Para probar que, con demasiada frecuencia, la realidad supera a la ficción, aportando casos que rebasan la imaginación de los novelistas más fantasiosos, en México, hace unos cuantos días, se reportó (“El Universal”, X-5-20) el hallazgo no un cadáver -como en el relato de Tabucchi- sino de cinco cabezas y tres cuerpos decapitados, con horas de diferencia entre unos hallazgos y otros, en los municipios de Celaya, Salamanca y Romita, Guanajuato.

Aunque pudiera hablarse de “hechos aislados”, esos “macabros hallazgos” remiten a noticias similares que se han vuelto recurrentes -sin que por ello dejen de ser noticias- en los estados de Michoacán y Jalisco. Allá fueron las seis cabezas desmembradas, arrojadas al interior de una taberna, en Uruapan, y los 19 cadáveres colgados en un puente peatonal sobre una transitada carretera de ingreso a la misma ciudad, para mencionar solo los casos más escandalosos. Acá han sido los correspondientes “macabros hallazgos” hechos al por mayor en fosas clandestinas.

Hasta julio, Jalisco era el estado del país en que se habían encontrado más cadáveres (cerca de 500) en fosas clandestinas, tanto en ciudades de Los Altos como -sobre todo- en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Desde marzo y hasta el 9 de septiembre (EL INFORMADOR, X-5-20), habían sido localizadas al menos 14 fosas clandestinas en Jalisco, “en las que se han encontrado al menos 62 cuerpos completos, además de diversos segmentos humanos y óseos que podrían corresponder a otras 74 víctimas, de acuerdo con información de la Fiscalía Estatal”.

-III-

Lo más escandaloso del asunto sigue siendo que de las respectivas (y consabidas) “carpetas de investigación” que supuestamente se abren a partir de cada caso, ni éstos se “esclarezcan” ni se vaya mucho más allá de la identificación de las víctimas... (Y no siempre, por cierto, como se desprende [EL INFORMADOR, IX-30-20] de la sistemática saturación del Servicio Médico Forense).

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