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- Buen mago

Cuando los medios consignan los consabidos cuatro o cinco “macabros hallazgos”, correspondientes a otros tantos cadáveres encobijados, con huellas de violencia, descubiertos en brechas o callejuelas o en el interior de automóviles abandonados, es probable que el ciudadano común piense que, en el fondo, puesto que tales acontecimientos se han vuelto cotidianos, no hay noticia; o que se trata de “hechos aislados”, que no necesariamente denotan una tendencia; o que probablemente correspondan, como suelen decir las autoridades, a “ejecuciones entre delincuentes”, lo que sugiere que es ocioso o innecesario tratar de aclarar quiénes fueron los autores y cuáles los móviles de tales crímenes.

En todo caso, alcanzan el rango de noticia los sucesos llamativos, espectaculares, escandalosos; verbigracia, los tiroteos; las matanzas en la vía pública; los hallazgos de osamentas o cadáveres fragmentados, precariamente sepultados en fosas clandestinas..., o el asesinato de un ex-gobernador, nada menos.

-II-

Bien. El caso es que todo eso ha sucedido sistemáticamente, de un tiempo a la fecha, en Jalisco. Que “Desde diciembre, el estado ha registrado el asesinato de un ex-gobernador, hallazgo de restos humanos, tiroteos y matanzas” (“Expansión Política”, III-1-21). Realidades que sugieren, como escribió José Narro Céspedes (“La crisis de seguridad; Jalisco, el campo de batalla”) en “Infobae” -la edición en línea del diario “Buenos Aires Económico” (V-13-21)-, que “México no es un Estado fracasado, aunque algunas de sus instituciones sí lo son: básicamente, las encargadas de la seguridad pública y del combate al crimen organizado”.

El mismo senador morenista por Zacatecas apuntó que “el fracaso se concentra en las estructuras de seguridad, inteligencia, policiales y de justicia para combatir el narcotráfico”. Lo prueba la inoperancia de los operativos orientados idealmente a prevenir -tratar de impedir, en otras palabras- tales delitos, o, en el peor de los casos, a ir más allá de la burocrática integración de “carpetas de investigación” (?), que solo excepcionalmente culminan en el esclarecimiento de los crímenes y la deseable aplicación de “todo el peso de la ley” a sus autores.

-III-

Ante la exigencia de que las autoridades federales “den la cara”, el Presidente López Obrador aseveró ayer que “se trabaja de manera coordinada con el gobierno estatal”, y que “se están construyendo cuarteles para la Guardia Nacional en distintas regiones”...

No explicó en qué consistirá la relación de causa a efecto entre construir cuarteles y “garantizar la paz a la ciudadanía”..., probablemente porque -como todo el mundo sabe- un buen mago nunca explica sus trucos.

jagelias@gmail.com

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