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UNIVA: Entrarle al cine en serio

El profesional del cine, el estudioso del séptimo arte el que se ha formado en la práctica y en la teoría, no solamente ve películas, sino que teoriza sobre el fondo y la forma

Cuando alguien dice que no le gusta el cine podríamos asegurar que está mintiendo. Tal vez lo que no le agrada a esa persona es la experiencia de ir a la sala de proyección; quizá el sonido es fuerte, o le molesta estar tanto tiempo sentado, tener que ver una serie de comerciales antes de que comience la función o hacer fila en las palomitas. Entendamos primero que el cine por sí mismo no se resume al espacio, sino a la experiencia de ver y vivir una película, tal vez simplemente nunca ha visto un filme que le haga cimbrar, que lo toque en el alma de una manera única y especial. Sería como si alguien dijera que no le gusta la música o la literatura. Mentira total. Una persona conectará, tarde o temprano con un  filme, así como una canción o un libro, que le inspire, le haga sentir bien y le remueva los cimientos de su persona aunque incluso se considere ansiosa para soportar ver un filme en cualquier escenario.

De esta forma, decir que nos gusta el cine es una certeza de todo ser humano. Así que lo lamento, que nos guste el cine no nos hace especiales. Hay entonces un grupo distinto, pero muy numeroso de personas que se identifican como cinéfilos, que son capaces de ir al día con los estrenos en taquilla y en plataformas, que ven películas con mucha frecuencia y con mucho gusto, que tienen la tarjeta de beneficios del cine, identifican a los actores y directores con facilidad y tienen una disposición especial a ver diferentes estilos. Entienden las referencias y las usan en su propia vida, se preparan para los estrenos y todo su círculo familiar y de amigos sabe perfectamente que, en esos temas, esa persona tiene muchas respuestas.

Herbey Eguiarte Alcalá. ESPECIAL/UNIVA.

De ese grupo, surge otro con menos integrantes, que yo llamo los entusiastas del cine, los que quieren saber más, que tienen curiosidad por ver, hacer y profundizar en el séptimo arte. Muchos jóvenes se juntan con otros en la misma sintonía y así comienzan hablando entre ellos de las películas que les gustan y haciendo sus primeros ejercicios con la cámara que tienen en casa y con su familia y amigos actuando. Está muy bien, es divertido, así empezó Spielberg y prácticamente cada director que conocemos.

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Estos propios entusiastas organizan sus propias muestras o estrenos y quieren que los demás vean sus trabajos. Como su nombre lo dice, la emoción está todavía por encima de la calidad, pero dan un paso gigante, son soñadores prácticos, tarde o temprano la experiencia les dará resultados significativos.

Sin embargo, hay un grado más allá, el profesional del cine, el estudioso del séptimo arte el que se ha formado en la práctica y en la teoría, que no solamente ve películas, sino que teoriza sobre el fondo y la forma, además de películas ha consumido libros y ensayos que reflexionan sobre directores, movimientos cinematográficos, estilos narrativos y entiende la tendencia mundial.

Estos deben ser, sí o si, estudiosos del fenómeno cinematográfico en toda su dimensión. De entrada tienen un bagage cultural profundo, buscado y construido desde que eran cinéfilos y con el compromiso de seguir aprendiendo al respecto. Respeta el arte en todos sus orígenes e idiomas como un objeto de estudio más allá del entretenimiento. 

Eso es entrarle al cine en serio, siempre nos toca en menor o mayor medida, a veces somos espectadores y en otras nos corresponde impulsar a los entusiastas, a veces acercarnos a los especialistas, pero estamos todos en la misma película de esta vida.

Maestro Herbey Eguiarte Alcalá, profesor en UNIVA y director del Festival Internacional de Cine con Valores (FIC Valores).

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