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¿Tuviste COVID? Conoce cómo combatir las secuelas

Las consecuencias pueden presentarse incluso meses después de haberse recuperado de esta enfermedad

De acuerdo al Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (CEVECE), la COVID-19 puede generar secuelas hasta 6 meses después de la recuperación. Este tipo de padecimiento lleva por nombre COVID persistente, por lo cual refiere a una sintomatología de la enfermedad. Esta última puede llegar a ser más grave que la afección original, más leve o fluctuante.

En ese marco, el poder ubicar de manera eficaz dichas problemáticas de salud podría ser clave para poder rehabilitarse en el menor tiempo posible. Por ello, fuentes de la clínica de rehabilitación pulmonar de Salus Care Solutions, informaron cuáles son las secuelas más frecuentes a tratar.

La primera de estas secuelas puede llegar a relacionarse directamente con la fatiga crónica. Conforme a datos del CEVECE, cerca de un 10 por ciento de los 3.9 millones de personas participantes en un estudio, afirmó tener secuelas tras haberse recuperado de la COVID-19. Parte de la sintomatología incluye dificultad al moverse, cansancio prolongado en estado de reposo y déficit de la fuerza muscular normal.

Otro de los padecimientos usuales fue la Disnea (manifestada en dificultad para respirar). Tras las afectaciones normales por este virus, los pulmones son de los órganos más afectados por el padecimiento. Esta zona es, en sí misma, el área más frecuente de ataque por la COVID-19.

Un tercer problema también puede llegar a vincularse con el último punto abordado. Se habla específicamente de problemas pulmonares, los cuales requieren de atención médica y terapias especializadas para su completa recuperación. En los casos más graves, la función pulmonar se ve disminuida muy disminuida, sin embargo, en la actualidad ya hay empresas capaces de dar un tratamiento a esta afección.

Igualmente, la pérdida del olfato y el gusto puede representar una consecuencia directa de la enfermedad. Esta presenta inflamación y molestia del sistema nervioso central, lo cual daña directamente células y órganos. Dicha molestia podría persistir a lo largo de semanas, con la posibilidad de extenderse algunos meses.

Finalmente, dentro de las consecuencias por la COVID-19 puede tomarse en cuenta el dolor de cabeza recurrente. Según un artículo de la Facultad de Medicina de la UNAM, de 40 a 60% de los pacientes presenta cuadros de cefaleas; entre 2 y 5% de estas pueden ser incapacitantes. Cabe señalar que prácticamente todas las secuelas generadas por la COVID-19, son casi imperceptibles en una primera instancia. Por tanto, contar con asesoría profesional en la rehabilitación de esta enfermedad es de gran relevancia a la hora de superar por completo los problemas previos.

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