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¿Por qué las "reumas" duelen con el frío?

Las "reumas", como coloquialmente son llamadas, son "todo el conjunto de dolencias o molestias relacionadas con el aparato locomotor"

Con la llegada del inicio de año también arriba el frío. Enero es quizás el mes donde se siente más, y con él también llegan algunas dolencias, como las "reumas".

Las "reumas", como coloquialmente son llamadas, son "todo el conjunto de dolencias o molestias relacionadas con el aparato locomotor", aunque como tal "no hay ninguna enfermedad o dolencia del aparato locomotor que reciba el nombre de 'reuma'", como apunta la Sociedad Española de Reumatología (SER), es más bien un nombre otorgado desde el desconocimiento del padecimiento; sin embargo, es un concepto que se utiliza de forma popular y que su mención, y desde luego su dolencia, se incrementa en temporadas donde el frío impera, por ejemplo ante la llegada del invierno, pero ¿Por qué se sienten más?

La SER asevera que como tal, ni el frío ni la lluvia y tampoco el cambio de presión atmosférica producen enfermedades reumáticas, aunque sí son determinantes en que se agraven los síntomas de muchas de ellas

De acuerdo al doctor Jesús Tornero, "las épocas de frío suelen caracterizarse por un tiempo inestable y cambiante, como el de este invierno. De este modo, cambia muy bruscamente la presión atmosférica y las articulaciones y ligamentos enfermos por reumatismo duelen más y se notan más rígidos y menos activos".

¿Por qué duelen las "reumas" con el frío?

El doctor Tornero agrega que "el proceso reumático que se ve en mayor medida afectado por este tipo de circunstancias meteorológicas es el fenómeno de 'Raynaud', que se caracteriza por una disminución de la circulación sanguínea en los dedos de las manos y/o pies, porque los vasos sanguíneos se cierran y no llevan la sangre a la mano. Este fenómeno se suele desencadenar por bajas temperaturas. Además de provocar dolor, la piel de los dedos se vuelve blanquecina (muy pálida) y, si progresa mucho el periodo sin riego, se puede llegar a producir úlceras digitales". Más del 50% de este tipo de fenómenos son primarios, es decir, que no tienen detrás ninguna enfermedad reumática. Mientras que en el caso de ser un fenómeno secundario se puede asociar a algunas enfermedades autoinmunes como la esclerodermia y el síndrome de Sjögren, aunque también puede hacerlo en otras patologías (artritis reumatoide o lupus).

"En segundo lugar, el frío, al estimular como mecanismo de defensa la contracción muscular, puede agravar procesos reumáticos que tienen su origen en los músculos y especialmente, los cuadros de dolor miofascial", detalló el médico. 

La humedad y los cambios barométricos de la presión atmosférica (cuando cambia el tiempo o la temporada) también influyen en las personas que tienen daño en sus articulaciones, por los receptores de presión alterados en ellas, capaces de detectar los cambios súbitos de presión atmosférica. Además, sienten más dolor cuando el clima cambia de manera abrupta.

Síntomas de las "reumas"

  • Dolor en las articulaciones o a su alrededor, es el más frecuente
  • El dolor suele ser pasajero o aparecer únicamente con los movimientos
  • En ocasiones, el dolor también es fijo y persistente, puede impedir moverse o conciliar el sueño
  • El dolor a veces se acompaña de rigidez o entumecimiento de articulaciones que mejora con el movimiento
  • Pinchazos, sensación de pesadez, tirantez o cansancio localizados en una zona del cuerpo (hombro, cuello, región lumbar, piernas, etc.)
  • Hinchazón o tumefacción de las articulaciones
  • Una causa que agudiza sus síntomas son las infecciones en la garganta

Algunas recomendaciones para tratar las "reumas"

  • Protegerse del frío, se sugiere utilizar guantes, chamarras, bufandas, tobilleras, medias, diademas para las orejas y otro tipo de ropa especial de invierno, para evitar fugas de calor
  • Aplicarse sustancias vasodilatadoras, tales como la nitroglicerina (en spray o crema)
  • En casos severos puede ser necesario tomar medicación, siempre indicada por un médico

Es importante acudir a un reumatólogo para conocer más sobre el padecimiento, quien sabrá cuál es el tratamiento adecuado para el consultante. 

OA

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