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¿Qué tanto daño hace el refresco sin azúcar?

Si bien los refrescos Zero pueden parecer inofensivos, el consumo regular podría desencadenar una serie de efectos no tan deseables en nuestro organismo

En el gran universo de las bebidas, los refrescos Zero han surgido como los héroes del paladar: sabe a dulzura pura, pero sin las temidas calorías. Sin embargo, detrás de esa famosa bebida se esconden interrogantes inquietantes que merece la pena explorar.

¿Realmente son la solución mágica para quienes desean reducir el azúcar sin sacrificar el sabor? La respuesta, como a menudo ocurre en el mundo de la nutrición, es un rotundo "depende". Si bien los refrescos Zero pueden parecer inofensivos, el consumo regular podría desencadenar una serie de efectos no tan deseables en nuestro organismo.

Uno de los culpables en este tema es el acesulfamo-K, un edulcorante artificial que se utiliza profusamente en estas bebidas. Estudios recientes de la Universidad de Marquette sugieren que, lejos de ser inofensivo, este compuesto puede acumularse en la sangre, afectando a las células que forman las paredes de los vasos sanguíneos. 

La realidad es que, aunque estas bebidas no aportan calorías, sí pueden alterar la forma en que nuestro cuerpo procesa las grasas y se relaciona con otros alimentos. Un estudio de Brian Hoffmann destaca que estos edulcorantes artificiales pueden estar vinculados a problemas como la obesidad y la diabetes, aunque los mecanismos detrás de estas asociaciones son distintos a los del azúcar.

Por lo tanto, la pregunta no es si puedes disfrutar de un refresco Zero de vez en cuando sino más bien, ¿es esta una elección inteligente para un estilo de vida saludable? La respuesta parece ser que el consumo habitual no es la mejor opción. Así que, si alguna vez te encuentras buscando un dulce alivio en forma de burbujas, considera hacerlo con moderación.

MF

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