¿Por qué debería regalar una tarjeta navideña?
A más de un siglo de haberse inventado por Henry Cole, dar y recibir una tarjeta en Navidad sigue siendo mucho más original que reenviar un mensaje de WhatsApp
Una de las mejores tradiciones de la temporada es la de enviar tarjetas navideñas. No porque sea la más popular, sino por qué, a pesar de haberse inventado hace más de un siglo, sigue siendo una forma mucho más original de hacer llegar nuestros buenos deseos a alguien que reenviarle, por ejemplo, los típicos mensajes de los grupos en WhatsApp.
Aunque tienen sus antecedentes en las cartas tradicionales, las primeras tarjetas de navidad como las conocemos hoy en día aparecieron en Inglaterra durante la época victoriana, siendo Sir Henry Cole quien mandará a hacer las primeras postales navideñas con mensajes impresos en ellas y una ilustración de su amigo, el artista JC Horsey en 1853.
Pasaron algunos años antes de que la tradición llegará a nuestro continente, siendo Estados Unidos, el lugar donde las tarjetas alcanzaron su máxima popularidad y en poco tiempo, surgieron también tarjetas impresas para celebrar otras fechas especiales como el fin de año, cumpleaños y aniversarios, con todo tipo de diseños y colores.
Aunque en la segunda mitad del siglo pasado se vendieron y regalaron millones de tarjetas navideñas en todo el mundo, durante los últimos años han perdido protagonismo por encima de las opciones del mundo digital, que si bien ofrecen opciones invaluables como la de personalizar los diseños o crear animaciones, no te deja con la sensación de haber recibido una suerte de obsequio, como si lo hace una tarjeta de papel. Tall vez de manera similar a como ocurre con los libros, está bien leerlos en formato digital, aunque tratándose de un regalo ¿no preferirías recibirlo impreso?.
Después de todo, dicen que los clásicos nunca fallan y alguna razón habrá para que la misma reina Isabel II siga enviando sus 700 tarjetas navideñas al año por correo tradicional y no a través de su teléfono celular.
CP