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Parasomnias y las PECULIARES formas en que afectan la calidad de vida

El tratamiento de las parasomnias depende de su tipo y gravedad. Algunas estrategias incluyen técnicas para manejar el estrés y mejorar la higiene del sueño, incluso en casos más graves se pueden usar medicamentos

Las parasomnias son un grupo de trastornos del sueño que se caracterizan por conductas, movimientos o experiencias inusuales que ocurren durante el sueño, los despertares o las transiciones entre diferentes etapas del descanso. Aunque suelen ser benignas en la mayoría de los casos, estas alteraciones pueden afectar significativamente la calidad del sueño y, en consecuencia, la calidad de vida de quienes las padecen.

Tipos comunes de parasomnias

Las parasomnias se dividen en dos grandes categorías, dependiendo de la fase del sueño en la que ocurren:

Parasomnias del sueño no REM que ocurren durante el sueño de ondas lentas o profundo, e incluyen:

  • Terrores nocturnos: Episodios de pánico extremo que generalmente involucran gritos o movimientos bruscos.
  • Sonambulismo: Caminatas o movimientos complejos mientras la persona permanece dormida.
  • Confusión al despertar: Desorientación y comportamientos extraños al despertar de manera parcial.
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Parasomnias del sueño REM que se manifiestan durante la fase de sueño en la que ocurren los sueños vívidos y pueden incluir:

  • Trastorno de conducta del sueño REM: Movimientos bruscos o vocalizaciones que reflejan las acciones del sueño que la persona está experimentando.
  • Pesadillas: Sueños angustiantes que suelen despertar al individuo y dejar una sensación de ansiedad.

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Causas y factores de riesgo

Las parasomnias pueden tener múltiples orígenes, entre ellos:

  • Genética: Algunas parasomnias, como el sonambulismo, tienden a darse con más frecuencia en familias.
  • Estrés y ansiedad: Estos factores pueden desencadenar o agravar las parasomnias.
  • Trastornos neurológicos: Condiciones como el Parkinson están asociadas con el trastorno de conducta del sueño REM.
  • Uso de medicamentos o consumo de sustancias: Algunos fármacos pueden alterar el ciclo del sueño y fomentar episodios de parasomnias.

Las parasomnias pueden afectar la salud física y mental. Algunas personas experimentan interrupciones constantes durante la noche afectan la capacidad de sentirse renovado al despertar, en casos como el sonambulismo o el trastorno de conducta del sueño REM, los movimientos involuntarios pueden causar daño físico.

Las pesadillas recurrentes o los terrores nocturnos pueden generar ansiedad o miedo hacia el acto de dormir.
Tratamiento y manejo. El tratamiento de las parasomnias depende de su tipo y gravedad. Algunas estrategias incluyen técnicas para manejar el estrés y mejorar la higiene del sueño, incluso en casos más graves se pueden usar medicamentos para regular el sueño o reducir los episodios. Para evitar lesiones, se pueden realizar ajustes como asegurar ventanas o despejar áreas peligrosas.

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Aunque las parasomnias no siempre requieren tratamiento médico, su impacto puede ser significativo, especialmente cuando afectan la calidad del sueño o la seguridad del individuo. Si alguien experimenta episodios recurrentes, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud para recibir un diagnóstico y opciones de tratamiento adecuadas.

Estos trastornos nos recuerdan lo complejo y delicado que es el proceso del sueño, una actividad esencial para nuestro bienestar físico y emocional.

BB

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