Mujeres poderosas: Adriana Ortíz Barraza
La autora encontró en la Ecuación del Poder, una fórmula perfecta para aplicar en cualquier aspecto de nuestra vida
Uno de los mayores retos de Adriana Ortiz Barraza fue dejar a un lado su armadura como psicoanalista para que surgiera la escritora y en ese proceso descubrió que tenía que dejar hablar a la mujer, de tal manera que todo fluyó en ocho capítulos que en esencia nos recuerdan que el poder significa, a grandes rasgos, ser capaz.
¿Qué te inspiró?
“Empezar a revisar los diferentes conflictos que se nos han presentado a las mujeres a lo largo de la historia, en diferentes ámbitos y en ver cómo nosotras podemos ejercer nuestro poder, porque muchas veces no nos sentimos capaces por el sólo hecho de ser mujeres.
Este libro contiene ejemplos de aquellas que se sienten capaces y que hicieron lo que se consideraba imposible. Como las que no podían tener derecho a la educación, hacer deporte o votar, todo esto me inspiró para escribir”.
¿Hay algunos personajes de la historia que te hayan impactado?
“Una de ellas es Marie Curie, ella definitivamente rompe con todos los estereotipos y cuestiones de género y hay una foto que me encanta con todos los científicos de aquella época y la única mujer es ella, era amiga de Albert Einstein, era imposible para la mujer hacer Ciencia. Ganó el primer premio Nobel de la Química, pero hay muchas otras que cito en el libro como Juana de Arco, Sor Juana Inés de la Cruz, finalmente son mis referentes, en psicología hay otra como Anna Freud con su legado del psicoanálisis y muchas más”.
Quizá muchas mujeres se quedan con esas ganas de hacerlo, ¿cómo se cruza esa línea?
“Desde el primer capítulo yo plasmo una idea a la que denominé Ecuación del Poder, nosotros de pronto creemos que con el simple hecho de querer algo, lo vas a lograr. Entonces te van diciendo toda tu vida, querer es poder… a mí también me lo dijeron, entonces cuando trabajo esto en psicoanálisis y que de verdad, auténticamente, querían algo y no lo podían conseguir, porque no basta con la intención”.
Explícanos cómo funciona esa Ecuación de Poder
“La llamo Ecuación del Poder porque yo doy clases en una escuela de Ingeniería del Instituto Politécnico Nacional y yo decía, ¿cómo me van a entender los ingenieros? Partiendo de que QUERER NO ES PODER y despejando esta ecuación QUERER + X = PODER entonces yo les decía, vamos a despejar la X y la X al final es el CONOCIMIENTO, el saber, entonces QUERER + SABER = PODER. Esa ecuación se aplica como fórmula matemática en cualquier área y aspecto de tu vida”.
¿Qué recomendaciones darías para conseguir nuestros objetivos?
“Necesitamos conocernos a nosotras mismas y eso implica abordar tres grandes aspectos que justo los pongo en la portada, que son el CUERPO, la MENTE y los DESEOS. Con referencia al cuerpo primero es adueñándote de él diciendo, este cuerpo me pertenece, pero entendiendo que no es de nadie sino tuyo, que no debes cumplir ningún estándar y así te vas encontrando. Pareciera que el cuerpo de la mujer estuviera en el discurso colectivo. Adueñarte de tu cuerpo es empezar a escucharte a ti”.
¿Cómo está estructurado el libro?
“Se conforma por tres partes cada capítulo. La primera es Historias del diván, donde comparto historias de mis pacientes o alguna experiencia, después se aborda en la parte Teórica que son los conocimientos y al final cerramos con una parte muy especial que se llama Construyendo tu poder. Aquí plasma una serie de ejercicios que invitan a la introspección. Cada capítulo trae ejercicios de reflexión que las personas pueden llevarlos a cabo”.
¿Cómo podrías definir Mujeres poderosas?
“Es un libro auténtico, sentido, aterrizado, cualquiera lo puede leer, inspirado en el mundo de la mujer pero que también tiene que ser leído por los hombres. Trato de conciliar a los géneros, entender que nos necesitamos y lograr vernos de otra manera”.
¿Qué les podrías decir a las personas que han pasado momentos difíciles?
“Todas las crisis nos traen la posibilidad de evolucionar y además tienen una fecha de caducidad. Son una oportunidad de aprender, de generar cambios. Finalmente, hay que usar el poder para construir, para dar, compartir, ayudar a otros y de esa forma se perpetúa. Haciendo comunidad es como podemos generar un círculo positivo de este poder”.
+ de la autora
Adriana Ortíz es psicoanalista formada por la Sociedad de Psicoanálisis y Psicoterapia. Licenciada en Educación Física y en Psicología, también es conferencista, docente del Instituto Politécnico Nacional y psicóloga del deporte de equipos de alto rendimiento.
Imparte cursos y talleres en psicoanálisis, liderazgo, motivación, trabajo en equipo y violencia de género. Además, colabora en diferentes medios de comunicación y es miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México y de la Asociación Psicoanalítica Internacional.
AA