La mejor manera de despejar tu hogar
Organizar el hogar puede ser una lucha, dejar ir ciertos objetos puede ser difícil incluso cuando no los usamos mucho o no nos gustan
Eso a lo que llamamos “Objetos de valor sentimental” que compramos en vacaciones, ropa que nos recuerda ocasiones especiales, obsequios de familiares que ya no están con nosotros, libros que ya hemos leído, colección de películas, álbumes de fotos, certificados académicos etc. Todas estas cosas se amontonan, y son pasadas por alto, en rincones ocultos y armarios oscuros.
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Despejar es un ejercicio tanto mental como físico, es relativamente fácil identificar lo que no necesita o no usa, pero es mucho más difícil dejarlo de lado.
La carga emocional que llevamos puede ser pesado y esa es la razón por la que todavía tienes ropa que nunca usas en tu guardarropa y una pila de libros que nunca lees en tu estante.
Hay todo tipo de excusas para retener las cosas
- Las guardas por si acaso te encuentras con una necesidad imaginaria en el futuro.
- Lamentas el dinero que se desperdiciará si te deshaces de ellos.
- Sientes culpa por deshacerte de un regalo no deseado.
- Piensas que la memoria unida al objeto se perderá si lo sueltas.
Romper estos bloqueos mentales es complicado y, a veces, doloroso.
No tenemos que deshacernos de nada si realmente no queremos, pero debemos ser honestos con nosotros mismos acerca de por qué permitimos que las cosas ocupen espacio en nuestras vidas. No hay nada de malo en ordenar lentamente y con intención.
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Despeja tu hogar de esta manera
Si estás luchando por deshacerte de lo que sospechas que es desorden en tu hogar, intenta de esta manera haciéndote estas preguntas:
¿Uso esto regularmente? Si usas algo continuamente, guárdalo. Si un objeto no es tan bonito, pero podría ser muy útil y lo usas con frecuencia, entonces consérvalo.
¿He usado este objeto en el último año? ¿Lo usaré en el próximo año? Algunas cosas que no usamos con regularidad, pero aun así es importante conservarlas. Como herramientas, ropa de temporada, ropa de cama de repuesto, plantas extra. Puede valer la pena conservar cosas específicas porque tienen un propósito y sabes que definitivamente los necesitarás en el futuro.
¿Es necesario para mi estilo de vida actual? ¿Tener esto no afectaría mi vida diaria? ¿Podría tomarlo prestado si no lo tuviera? Si no has usado algo en más de un año y no te ves necesitándolo nuevamente en el próximo, considera si es necesario poseerlo. Si no afectaría tu vida deshacerse de algo que podrías pedir prestado, es hora de hacer espacio dejándolo ir.
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¿Me encanta mirar o usar este objeto? Si se perdiera o se rompiera, ¿lo volvería a comprar hoy? Esta es una pregunta realmente útil para romper el bloqueo sentimental que nos impide soltar. Si deshacerse de algo te incomodaría o te molestaría, vale la pena conservarlo.
¿Tengo más de uno de este objeto? ¿Tengo algo más que haga el mismo trabajo? A menos que sea algo que podamos usar, tener duplicados de lo mismo es casi innecesario. Múltiples pares de tijeras, dos trapeadores, cuadernos de repuesto, bolsos extra. Elimina los duplicados, liberarás mucho espacio.
Si está roto, ¿se puede arreglar? ¿Vale la pena arreglarlo? Si guardas cosas rotas con la esperanza de que en el futuro las arregles o descubras una forma de deshacerte de ellas, es mejor encargarse de eso lo antes posible.
¿Me gusta? Si no me gusta, ¿sirve para algo? ¿Es útil tenerlo? No todo lo que poseemos tiene que ser útil, ser hermoso o un placer tenerlo cerca es igual de importante. Si no te gusta algo y no es útil, límpialo. Solo está ocupando espacio en tu vida.
¿Me estoy aferrando a esto por culpa? Los regalos no deseados, el valor sentimental y las cosas caras que nunca usamos son algunas de las cosas más difíciles de ordenar.
Pasar regalos no deseados no te hace desagradecido, y si has gastado dinero en algo que nunca has usado, bueno, ese dinero ya se ha desperdiciado. Vende o dona tus costosas compras no utilizadas y sigue adelante.
¿Podría este objeto ayudar o beneficiar a alguien más que a mí? Si no estás usando algo, considera cómo alguien más podría beneficiarse si se los pasa. Considerar cómo venderlo o donarlo a alguien a quien le encantaría y usaría estas cosas hace que sea más fácil ordenarlos.
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